"La verdad es un lujo que pocos pueden permitirse, Pero Mika está dispuesta a arriesgarlo todo por descubrirla."
En un mundo de sombras y mentiras, Mika se encuentra atrapada en una red de engaños y peligros. Con un pasado marcado por la oscuridad y...
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"El destino es un laberinto sin salida" Stephen King.
En cuanto salgo de mi habitación me dirijo al Garaje que se encuentra detrás de la casa y mientras caminaba me encuentro a Daylon.
-¿A donde vas?- su mirada interrogante me dice que Kayla no le ha dicho nada
-Mi Padre quiere que vayamos a la base, creo que quiere decirnos algo y por lo que veo soy la primera en ir hacia el lugar- lo miro de arriba a bajo y veo que lleva unos pantalones cargo similares a los míos, una camiseta grande y larga de su grupo favorito Guns N' Roses.
-Ah, esta bien vamod- ambos seguimos el camino hacia el Garaje y una ves ahí nos ponemos a elegir los autos que queremos manejar el día de hoy.
Daylon fue por un Porsche 918 negro brillante, con un diseño clásico y una velocidad formidable.
Yo voy por un Lamborghini Huracán de color negro. Su diseño angular y aerodinámico parecía una hermosa obra de Arte, con líneas que se curvaban y unían en perfecta armonía.
–Buena elección– miro a Daylon y le sonrió.
–Por supuesto, nunca esperes menos de mi.
Daylon se acerca al Lamborghini y acaricia el capo de este, el emblema del auto brillaba en la parte delantera.
–¿Algún día me dejas usarlo?– noto que me mira y me da una sonrisa que yo ya conozco.
–No, esta lindura es parte de mi colección de autos, tu ya tienes la tuya– le doy un pequeño golpe en la mano y deja de tocarlo para después mirarme de mala manera.
–Bruja.
–Llorón.
Abro la puerta de mi auto y su interior es realmente hermoso, no entiendo por que me había tardado tanto es usar esta belleza.
Su interior estaba tapizado por cuero negro, con sus costuras rojas que hacían resaltar la elegancia del diseño. Su tablero de instrumentos era una obra maestra, con pantallas táctiles y botones que parecían flotar.
Al entrar y aplastar mi trasero en el asiento del conductor, la voz de Dante, el sistema de inteligencia artificial avanzada que mi Padre estableció en cada uno de los autos que tenemos, sonó dentro.
–Buenas tardes, señorita Fyodorova. ¿En que puedo servirle este maravilloso día?
Sonrió al notar tanta elegancia en su voz y su respeto hacia mi.
–No es necesario que me llames señorita Fyodorova, con que me digas por mi nombre es suficiente y me encantaría que reprodujeras DarkParadisede Lana del Rey– le digo con una sonrisa y espero a que haga lo que le pedí.
–Claro señorita Mika, reproduciendo DarkParadisede Lana del Rey.
Me río al oír que me dice señorit, pero bueno, algo es algo.
