Tu Arrogante Elegancia

†»Tu sufrimiento, mi felicidad«†

Unas gotas de sangre caían al piso. Antes de caer, recorrían la piel morena del castaño que seguía en silencio sin comentar nada por la tortura que le estaba dando el azabache - ¡Natalan! Por favor dejalo en paz el no tiene nada que ver aquí- Suplicaba casi a gritos Duxo, quien miraba como Aquino era torturado- ¿Ahora defiendes a tu novio? En serio eres un tanto estúpido me das gracia la verdad Duxo. Pero no vas a lograr nada- Dijo Natalan para después de eso dar un tirón fuerte del collar del castaño y arrancarlo del cuello del mismo, quien como estaba ligeramente elevado por la fuerza de Natalan, cayo en el piso ensangrentado, ya después de tanta tortura por fin podía descansar el castaño, su cuello estaba rojo por los raspones su nuca estaba llena de sangre al igual de su espalda y camisa, Duxo al verlo caer corrio rápidamente y lo  abrazo con ligereza sabiendo que seguia vivo – Te encuentras bien? – Dijo el azabache con un tono ligero y tembloroso tenía el temor de ver que tan lejos era capaz de llegar su amigo heterocromatico.
Con una mirada fulminante lo volteó a ver encontrado los ojos del heterocromatico mirándolo fijamente, no pudo evitar chocar miradas con el, aquella sensación de ser Sumiso volvía a recorrer su sangre dandole una tensión que creía haber olvidado, con cuidado cargo a Aquino y lo llevo a su habitación para poder curarlo. Sus pensamientos estaban torturandolo, sentía tanta presión que sentía que iba a explotar.
Empezó a curar su nuca con alcohol y algodón, provocando jadeos y gemidos de Aquino  – Mgh!~... Ngh~ Aah~ Espera, arde~ – Duxo se sentía raro al tener a un chico sin camisa y con el cuerpo marcado, escuchando que gima y este jadeando era... Raro, estaba acostumbrado escuchar gemidos o gritos en las clases de boxeo, Pero esto era diferente DEMASIADO diferente, pensaba: • Debo tener control es un chico... ¡Tú no eres gay!... ¿O si?•

CONTINUARÁ