El Viaje en el Tiempo

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El día del viaje llegó, y Clara se preparó con meticulosidad. Revisó su vestimenta, eligiendo una combinación de ropa que pareciera apropiada para los años 80, sin llamar demasiado la atención. Se miró en el espejo y sintió una oleada de nervios. "¿Qué tal si me encuentro con ella y no sé qué decir?" pensó mientras ajustaba su cabello.

Cuando llegó al laboratorio, el ambiente era electrizante. El zumbido de las máquinas y la energía de sus compañeros investigadores creaban una atmósfera palpable. Clara se acercó al dispositivo de viaje temporal, un aparato imponente que parecía una mezcla entre una antigua cabina telefónica y un sofisticado equipo de alta tecnología.

"¿Lista, Clara?" le preguntó el Dr. Ruiz mientras se colocaba a su lado, su voz grave y reconfortante. "Recuerda, simplemente observa. No interrumpas la historia."

Clara respiró hondo, sintiendo cómo su pecho se llenaba de aire. "Estoy lista," dijo, aunque no estaba del todo segura de que eso fuera cierto.

Con un clic, el dispositivo se activó, y el mundo a su alrededor comenzó a desvanecerse en un torbellino de luces brillantes. Clara sintió una sensación de ingravidez, como si estuviera flotando en un océano de estrellas. Un instante después, se encontró de pie en una bulliciosa cafetería de los años 80.

"¡Wow!" exclamó, su voz perdiéndose entre el bullicio. La decoración era un espectáculo de colores brillantes y patrones geométricos, y el aroma a café recién hecho llenaba el aire. La música de un viejo radiocasete sonaba de fondo, creando una atmósfera cálida y nostálgica.

Mientras Clara se movía entre las mesas, la vida de la cafetería la envolvió. Vio a grupos de jóvenes riendo, conversando animadamente, y de repente, sus ojos se posaron en un rincón. Allí estaba Amelia, riendo a carcajadas con sus amigos, su cabello rizado y descontrolado que brillaba bajo la luz tenue.

"Es ella," murmuró Clara, sintiendo una conexión instantánea. No podía creer que estaba tan cerca de su abuela. Mientras la observaba, Clara sintió que el tiempo se detenía. "¿Qué harías si supieras que soy tu nieta?" pensó, deseando poder hablarle.

Al caer la tarde, Amelia se separó de sus amigos y se sentó sola en una mesa, mirando por la ventana hacia el horizonte. Clara se acercó un poco más, sintiendo cómo la emoción la envolvía. "¿Qué piensas, abuela? ¿Cuál es tu sueño?" se preguntó, deseando poder comunicarse con ella.

En ese momento, Clara comprendió que la vida de Amelia era tan real como la suya, llena de sueños, inseguridades y anhelos. Se dio cuenta de que la joven ante ella estaba enfrentando un futuro incierto, así como Clara lo hacía en su propia vida.

Ecos del FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora