⚠Historia inspirada en House Of Wax⚠
¿Que sucede cuando el mundo abusa de una persona?
Muchas personas creen, que pueden llegar a explotar de diferentes maneras como, llanto, ataque de ansiedad, ataque de pánico e incluso en desmayos, pero ¿y si la...
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Bo
Esa maldita mujer, a donde vamos todos los malditos imbeciles se le acercan y la miran demasiado, pero lo que realmente me hace explotar en ira es que ¡ella ni siquiera lo nota!
Está tan convencida de que no vale nada, solo por sus cicatrices, por la mierda que le hicieron vivir y eso me enfurece. Ella vale más que cualquiera otra, ella es fuerte, es una maldita sobreviviente y ya es hora de que se de cuenta.
-¿Me das un cigarro Bo? -su voz me saco de mis pensamientos.
Quite la mano de su muslo y se los di.
-¿Compraste los paquetes? -le di una mirada rápida.
La maldita se veía linda, ¿en que momento se sentó de esa manera?
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Sonreí al pensar algo.
-Claro que los compre, si los olvidaba, eres capaz de hacerme caminar de vuelta. -me miró burlona.
Cabrona, ya verás cómo se te borra esa sonrisa.
Estire mi brazo como si fuera a poner mi mano en su muslo de nuevo, ella no se movió, di un ligero apretón a su muslo interno y sonreí cuando la vi dar un ligero brinco; mis dedos comenzaron a acariciar un poco, subí ligeramente, hasta que mi mano quedo bajo su vestido, sobre sus lindas bragas.
-Bo.
Puta, que bien se escucho mi nombre con su lindo gemido.
-Abre. -órdene mientras le daba una rápida mirada.
Le abrí más las piernas y acaricie sobre la tela de sus bragas, soltó un suspiro y sonreí; moví sus bragas, pellizque un poco su clítoris y ella solto un gemido.
-Bo...estás manejando. -murmuro mientras ponía sus manos sobre la mia.
-Eso no es un problema, abre más. -sonreí cuándo hizo caso.
Ella ya estaba mojada, así que solo lami un poco mis dedos y la penetre.
-Joder, estás tan estrecha. -gemi al sentirla apretar mis dedos.
Moví mis dedos con destreza, nada de esa mierda de hacerlo despacio, fui rudo y a Menna le estaba encantando; se sostuvo de la ventana y del asiento, pero sus gemidos ¡sus malditos gemidos eran absolutamente deliciosos!
Ya había oscurecido, así que me orille en la carretera, me gire y le abri mas las piernas.
-¡Bo! -grito cuando succione su clítoris.
Me aleje un poco y sonreí aún mirando su linda vagina.
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-Maldita, eres deliciosa. -la mire y volví a succionar.
Sus manos fueron a mi cabeza, quito mi gorra y tomó con fuerza mi cabello; mi lengua giro en circulos en su clítoris, la penetre con tres dedos mientras yo me comía lo mas delicioso del mundo.
En la lejanía se escuchó una sirena de patrulla, ¡no me van a arruinar ésto!
Aumente la velocidad y la fuerza con la que la penetraba, di una larga lamida en su clítoris y entonces lo succione; Menna se tenso y tomo con más fuerza mi cabello.
-¡BO! -grito mientras se deshacía en mi boca.
¡SE VINO A CHORROS SOBRE MI ROSTRO!
Lo trague todo, di unas lamidas más, saque mis dedos y la mire con una enorme sonrisa; chupe mis dedos y salí de la camioneta.
-Joder, los malditos puercos tenian que arruinarlo todo. -gruñi mientras abría el capo para fingir que algo sucedió.
(...)
Desde que llegamos a casa, Menna ha estado evitandome, simplemente se metió a la cocina y está cocinando cómo loca.
La vi poner la mesa, sacar las cervezas y poner el agua de Vincent.
-Se ve delicioso Menna. -Lester sonrió mientras tomaba asiento.
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No entiendo muchas de sus comidas, pero a la mierda, son realmente deliciosas.
-Gracias Lester. -le sonrió y me dio una rapida mirada.
Ese maldito juego está comenzando a cansarme y esa maldita mujer va a pagar por todo.
-Traje un poco de material para dibujó Vins. -lo miro emocionada.
Bufé y le di un gran trago a mi cerveza, sentí su mirada, pero yo solo seguí con mi cena.
-Hay idiotas en el bosque, así que mañana hay trabajo. -les di una mirada rápida.
-¿Las trampas están listas? -Menna miró a Lester.
Asintió y señalo a Vincent.
-Las pusimos juntos y Bo se encargo de las trampas en las casas y negocios. -asintió y llevo más comida a su boca.
-Bien, no tenemos porque tener fallos en ésta ocacion. -la mire con una ceja levantada.
Que no cante victoria todavía, aún tengo planes para ella y no los voy a olvidar tan fácilmente.
