Stephanie Hader es la hermana menor del también actor Bill Hader, y se podría decir que gracias a él, supo que desde que era pequña que quería dedicarse a la actuación y una vez que tuvo la bendición de sus padres para hacer una audición, se esforzó...
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PARA BUENA SUERTE DE LA OJIVERDE, hoy el director Andy Muschetti les había dado el día libre para que descansaran un poco, lo cúal alivió a Stephanie y decidió que tanto ella como su hermano deberían aprovechar para limpiar un poco el apartamento juntos y ordernar algunas cosas.
Así que técnicamente eso estaban haciendo los hermanos Hader en estos momentos mientras de fondo escuchaban las canciones de One Direction, Taylor Swift, Avril Lavigne y 5 Seconds of Summer.
—So tell me girl if every time we touch, you get this kinda rush, baby say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah! — cantaron a todo pulmón ambos mientras barrían el suelo con distintas escobas.
Todo era baile y diversión hasta que lamentablemente se oyó como alguien tocaba la puerta.
Stephanie rodó los ojos y se vió obligada a apagar un rato la música que se reproducía desde la televisión. Bill paró de bailar y frunció el ceño mirando a la ojiverde.
—¡Oye! ¿Por qué detienes la música de esa manera? — se quejó el Hader mayor.
—¡Tocaron la puerta, tontín! — le dijo la chica y se dirigió a abrir la puerta, encontrándose con el dichoso escocés.
—Hola, Stephy. Oh, hola Bill. ¿Como estan?. — saludó James. La ojiverde estaba en shock por su repentina visita.
Bill se asomó y sonrió como si nada, lo que extrañó a la Hader menor.
—Hola, James. ¿Que te trae por aquí, viejo?. — preguntó él.
—Bueno, no mucho. Solo quería saber si podía quedarme por aquí con ustedes y pasar un rato el día ya que Andy nos dió tiempo libre por hoy. — comentó el ojiazul con una mano en el bolsillo de su jean.
Cuando Stephanie estaba por hablar, Bill justo la interrumpió buscando su chaqueta.
—Oh, pues ... Si quieren, yo ya me tengo que ir ya que tengo que hablar con Maggie con respecto a nuestras hijas, ya saben, por lo del divorcio. Así que los dejo solos. — afirmó mirando brevemente a su hermana.
La ojiverde se dió cuenta enseguida de lo que pretendía su hermano y ladeó la cabeza mirándolo incrédulamente.
Bill solo le sonrió para luego terminar de colocarse su chaqueta.
—Nos vemos, James. Nos vemos, Steph. — se despidió y bajó rápidamente por las escaleras del apartamento.
Un silencio incómodo inundó el lugar mientras que la ojiverde y el escocés se miraban y ella sonreía algo nerviosa hasta que McAvoy tomó la iniciativa.
—B-bueno, ¿te importa si entro?. — pidió de forma educada.
—Claro que sí. Sientete como en casa. — afirmó la castaña cobrizo haciendole una seña con la mano para que pasara.
