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Los días siguientes al campamento pasaron rápidamente, llenos de entrenamientos, funciones de la U.A. y la rutina habitual de la vida de estudiante héroe. Pero a pesar de la normalidad que intentaban mantener, la conexión entre Dabi y Shoto se sentía más palpable que nunca. Las miradas furtivas en el pasillo, las manos entrelazadas discretamente bajo la mesa durante las comidas, y las sonrisas cómplices solo entre ellos eran evidencia de que su relación había evolucionado aún más.

Sin embargo, no todo sería tan fácil. Un día, mientras se preparaban para una sesión de entrenamiento con el resto de sus compañeros, un malentendido se desató. Todo comenzó cuando Bakugo, con su habitual actitud arisca, empezó a lanzar comentarios sarcásticos sobre la reciente "romantización" de Dabi y Shoto.

—¿Qué pasa con ustedes dos? —dijo Bakugo, cruzando los brazos y frunciendo el ceño—. ¿Se han puesto de acuerdo para hacer del lugar un drama romántico? Estoy aquí para ser un héroe, no para ver cómo se dan besos en cada esquina.

Dabi, que ya había aprendido a despegarse de las provocaciones del rubio, solo sonrió y le lanzó una broma de vuelta. —¿A quién le importa lo que pienses, Bakugo? Las estrellas brillan para todos, ¡incluso para los que tienen mal aliento al despertar!

La tensión aumentó cuando Bakugo se dio la vuelta para prepararse para la práctica, sin embargo, Shoto no pudo evitar sentir una punzada de incomodidad. Sabía que su relación estaba exponiéndose al juicio, incluso dentro de su grupo de amigos.

Más tarde, durante los entrenamientos, esa incomodidad se fue acumulando en el aire. Shoto estaba más distraído de lo habitual, y Dabi no pudo evitar notar la manera en que su compañero evitaba el contacto visual. Al final de la práctica, después de que todo el mundo se dispersara, Dabi se acercó a Shoto, genuinamente preocupado.

—¿Qué pasa, Todoroki? Te noto distante —preguntó, dejando caer su tono burlón y buscando algo más serio.

Shoto suspiró, sintiéndose dividido entre su deseo de compartir su frustración y la capacidad de Dabi para lidiar con el peso que conllevaba. —Solo... no quiero que esto afecte nuestra dinámica con los demás. Bakugo y los demás son importantes para mí.

Dabi adoptó una expresión más suave, acercándose un poco. —Lo entiendo. Pero si somos honestos con nosotros mismos y con ellos, eventualmente tendrán que aceptarlo, ¿no crees?

Shoto miró hacia el suelo, mordiéndose el labio inferior en un gesto que Dabi encontró adorable. —Sé que lo tienes claro, pero no todos... tienen la misma manera de ver las cosas. A veces siento que estamos metiendo nuestra relación en el medio de su caos.

Dabi se inclinó un poco hacia adelante, un brillo decidido en sus ojos. —Escucha, lo que tenemos es real. Tu eres importante para mí. Y no voy a dejar que las opiniones de otros nos detengan. Si estamos juntos, tenemos que serlo en todos los aspectos.

Esa determinación en la voz de Dabi resonó en el fondo del corazón de Shoto, haciendo que su pulso aumentara. —Tienes razón. Solo... me preocupa que esto se convierta en un problema.

En un gesto instintivo, Dabi tomó la mano de Shoto, sin preocuparse por el entorno. Las miradas curioseantes no importaban en ese momento. —Así que hagámoslo. Hablaré con Bakugo y el resto, de esta forma no habrá más malentendidos. No somos el drama, solo estamos siendo nosotros mismos.

Shoto sentir que su corazón se aceleraba al ver la sinceridad en los ojos de Dabi. —Me gustaría que lo hicieras.

Mientras los días avanzaban y se acercaba el fin de semana, Dabi se preparó mentalmente para un enfrentamiento directo; no para discutir, sino para establecer las cosas con claridad. Durante un entrenamiento grupal el sábado, Dabi tomó aire y, tras unas miradas de complicidad hacia Shoto, se dirigió a todo el grupo.

—¡Hey! —exclamó Dabi, captando rápidamente la atención de Kirishima, Bakugo, y el resto—. Antes de que sigan con su entrenamiento, quiero decir algo importante.

Bakugo arqueó una ceja, interesado de manera reticente, mientras Kirishima sonreía, olfateando que algo interesante estaba por suceder.

—No pienso hacer esto de manera dramática —continuó Dabi, encarándose con Bakugo—. Solo quiero que sepan que Shoto y yo estamos juntos. Y no solo como amigos, sino que estamos en una relación.

Un silencio envolvió al grupo. Bakugo se quedó mirando a Dabi con una mezcla de incredulidad y, sorprendentemente, algo que parecía ser respeto. Kirishima fue el primero en romper el hielo.

—Eso es genial, chicos. Estoy realmente feliz por ustedes —dijo, arrojando su mano en un gesto de apoyo.

Bakugo frunció el ceño, cruzándose de brazos, pero su tono fue menos hostil de lo habitual. —Solo espero que no te conviertas en un blandengue, Dabi. Porque no voy a tener piedad si se vuelven demasiado empalagosos.

La sonrisa de Dabi se amplió. —Gracias, Bakugo. Y no se preocupen, mantendremos el empalago al mínimo.

Poco a poco, las tensiones en el aire se disiparon, y todos comenzaron a compartir su alegría por el nuevo capítulo en la relación de Dabi y Shoto. Se sintieron aliviados por esa sinceridad, que sólo fortaleció aún más sus lazos.

Mientras el entrenamiento continuó, Shoto miró a Dabi y una sonrisa genuina iluminó su rostro. Dabi se dio cuenta de que, al enfrentar sus miedos, no solo habían encontrado aceptación, sino también un sentido de pertenencia que les permitió brillar juntos.

La vida siguió avanzando con sus altibajos, pero Dabi y Shoto jamás se sintieron más seguros. Compartían bellos momentos de amor, risas, aventura y, en ocasiones, luchas que solo los acercaban más. En su camino hacia ser héroes, eran conscientes de que lo que habían construido era más que una mera relación; era un pilar fundamental que los fortalecería a través de cualquier adversidad.

Fue en la calma de esa certeza donde ambos comprendieron que su amor no solo les pertenecía, sino que también iluminaba el camino para aquellos que se encontraban a su alrededor, uniendo su grupo de amigos en una hermosa sinfonía de amistad y amor.

Así, de la mano, Dabi y Shoto continuaron su viaje juntos, listos para enfrentar el futuro. Con el corazón lleno de promesas y la mano del otro apretada con fuerza, sabían que, sin importar los desafíos que vinieran, siempre estarían unidos, bajo las estrellas que los habían visto dar su primer beso y presenciar los comienzos de algo verdaderamente mágico.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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Enamorado de mi mejor amigo de la infancia ;DabitodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora