𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒖𝒏 𝒑𝒂𝒑á

ii. el señor zoólogo

🧃

—recuerden no alejarse del grupo, niños —advirtió tiago, en cuanto pusieron un pie en el lugar. volteó a ver a lucas, cuyos ojitos brillaban más que los de todos los demás. quería jalar a su amiguito a todos lados, fascinado con todo lo que veía en el lugar.

primero fueron a ver algunos animales mamíferos, los cuales le encantaban a lucas, aunque no eran los que más le atraían. lucas estaba deseoso de explorar las otras salas. en algún punto, al pequeño le dieron ganas de ir al baño, por lo que le avisó a una de las madres que iban con ellos, jalándola de la manga de su remera. 

—quiero ir al baño. porfi. 

lucas fue al baño y se sentó, cerrando la puerta del cubículo. sus piecitos todavía no alcanzaban el suelo y él se divertía moviendo sus pies. cuando terminó, se limpió y dejó correr el agua, como su padre le había enseñado. luego corrió a lavarse las manos. cuando salió, se sorprendió al no ver a la mujer, que se supone que debía esperarlo. pero lucas no se desesperó, él era un pequeño que resolvía. 

llevó sus pasos hacia un pasillo, el que él recordaba, pero como todo niño pequeño que no tiene una buena noción del espacio y una memoria algo corta, se perdió. acabó en su sección favorita: la de los reptiles. estaba fascinado viendo a las serpientes, quienes estaban quietas, descansando y en silencio. 

lucas no llegaba a tocar el vidrio, pero observaba todo con la boca abierta. no se dio cuenta de que un hombre se había acercado a él.

—niño, ¿y tus papás? 

lucas se volteó, algo sorprendido, y retrocedió un poquito, poniendo sus manos detrás de su espalda. el hombre tenía una mueca que parecía de enojo, pero solo estaba serio. tenía unos ojos verdes y el cabello pintado de blanco. 

—mi papá es maestro y no tengo mamá. 

—ah —el hombre se veía incómodo por tremenda sinceridad del chico. 

—mi papá trajo a mi grupo y fui al baño y me perdí —explicó, un ratito después, caminando de la mano del hombre. —soy lucas. 

—yo soy mauro. 

—mauro —repitió el niño, y se quedó un rato en silencio. —a mi papá le gustan los hombres... —susurró, ventilando a su padre, y eso le dio un poco de risa. —¿y a vos?

—ehm, a veces —dijo, yendo hacia la dirección del zoológico, donde había micrófonos y podían hablar por ahí, para que fueran por el pequeño.

—¡entonces podés ser mi otro papá! —exclamó. en ese momento, llegaron a la dirección, donde un hombre, un poquito más alto que mauro, quien se sonrojó un poco, pensando en que verdaderamente era hermoso. mauro sintió que el niño soltaba su mano y salía corriendo hacia el otro hombre. —¡papi!

—dios mío, lucas, casi me muero al ver que no estabas.

—¡no es mi culpa, la seño se fue!

—si, bueno... —en ese momento, tiago levantó la cabeza y vio a mauro, quien salió de su trance. —muchas gracias por encontrar a mi niño... gracias, posta. soy tiago.

—un gusto, tiago. mi nombre es mauro.