Jimin se encontró con Taemin, mucho antes de que oscureciera. Y mientras caminaban hacia la calle principal, frente a la entrada de su facultad, miraba repetidamente a su acompañante, sintiéndose nervioso con su sola presencia. Junto al ruidoso sonido de su llavero golpeando contra su bolso, en cada uno de sus pasos, que solamente añadía a su ansiedad una razón más, por lo que esto no le parecía buena idea.
Y es que cuando se detuvieron en la entrada de lo que parecía ser una cafetería, Jimin regresó de su imaginación hiperactiva e hizo conciencia.
Estaban allí por el proyecto grupal. Nada más.
Debía concentrarse en eso. Además de respirar.
Tener aquel asunto sin resolver lo estaba enloqueciendo. Solo podía esperar que todas sus dudas se resuelvan con ayuda de Taemin.
Porque está seguro que no quiere preguntar a sus otras sospechas.
Tiene que ser él.
—Después de ti —dijo él, cediendo el paso, una vez que Jimin volvió a la realidad y aceptó su muestra de caballerosidad, asintiendo en respuesta.
Al entrar, la extravagante decoración del lugar atrajo inmediatamente su atención. Las esferas de color rojo y dorado caían sobre sus cabezas, las paredes tenían un papel tapiz verde, como el de los uniformes del ejército, junto a un estampado de copos de nieve, blanco y rosa. Pareciera que el sitio los hubiera transportado en la encantadora festividad de diciembre. Incluso podría jurar que en vez de una cafetería, este tendría un aspecto más similar a una casa pequeña en la que vivirían dos abuelos adorables.
Jimin estaba perpleja.
—¡Guau! ¿Había un lugar como este alrededor del campus? ¿De dónde encontraste este lugar?
—Pensé que sería bueno comer algo antes de ponernos a trabajar en el proyecto —dijo Taemin, al ver el interés de Jimin—. Además, este lugar tiene de los mejores menús de la ciudad.
—Oh, ya veo —se obligó a responder el omega, tras humedecerse los labios.
¿Qué está pasando?, pensó él.
Taemin lo guía a uno de los sillones del lugar y ambos se sientan. Le cede la tablilla del menú que se mantiene en la mesa y espera a que algún empleado le ofrezca uno extra. Cuando ya lo tiene entre sus manos, Jimin ve como aquellos ojos café se mueven mientras leen, una y otra vez, y su boca se abre, murmurando en silencio cada palabra, con suma concentración.
Donde están, la luz es perfecta para ser conscientes de la presencia del otro, pero no tanto para que otros comensales puedan igualmente hacerlo. Lo cual es magnífico si quieres privacidad.
Y lamentablemente eso lo llena de expectativas, que solo lo confunden.
No es una cita, solo están cenando juntos.
—No te gusta la pasta crema, ¿verdad? —dice él, arrancando a Jimin de su ensoñación—. Hay otros menús aquí.
—¿Eh? ¿Cómo sabes que no me gusta la pasta Alfredo?
—Lo dijiste la última vez que estábamos bebiendo juntos.
—¡Oye, pide más comida! ¡Quiero comida! —su voz se escuchaba rasposa, casi como si la arrastrara en su intento de hablar con coherencia. Mientras luchaba con mantener los ojos abiertos y permanecer recto en su asiento, discutiendo con quien parecía ser un chico. Su rostro, siendo algo borroso aún en su mente. Olía como un alfa.
—¿Qué tal la pasta Alfredo? —sugiere este, sonriéndole.
Taemin, quien estaba a un costado de ambos, también sonrió con ternura.
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THAT NIGHT﹁ Myg-Pjm
FanfictionThat Night toma el contexto de un protagonista fuerte y apasionado, que esconde un amor no correspondido por su mejor amigo de la infancia. Jimin ha estado soltero toda su vida, pero no es tan inocente como su apariencia deja creer a los demás. Y de...