Había estado corriendo sin cesar, abrazándose del frío por los flujos de aire que chocaron contra su cuerpo desde que huyó del local maldito.
Cuando viró hacia atrás, había una distancia prudente hacia el salón de fiestas; ya no podrían verla.
Silvó victoriosa con un paso relajado, pero ese alivio se esfumó en cuando observó las nubes repletas de agua, listas para una descarga imprevisible. Además, recordó cuán lejana era la distancia donde se hospedaba.
Sacó el celular de su clutch, en busca de ayuda a un chofer que se compadezca de ella.
A pesar de todo, prefería estar caminando en las calles de Nueva York, a una fiesta —la cual fue obligada a ir— llena de niñitos hipócritas consumiendo sustancias ilícitas.
Podía haber optado pasarla desapercibida en un rincón, pero podría ser un ente invisible para todos, menos para el grupo de chicas encargadas de hacer que su vida estuviera hecha cuadritos.Estaba a un solo botón de iniciar la llamada.
Según ella, sería su salvación.
Sin embargo, sus dedos se quedaron tiritando en la pantalla, al divisar un par de botines ocráceos suspendidos en el aire.
Alzó su rostro, anonada: el pantalón blanco, máscara aplomada, gafas rojas, y la característica chaqueta con el diseño de un Sparrow.
De todas las personas a las cuales esperaría esa noche, un superhéroe no se hallaba en la lista. No pensó la posibilidad de verlo tan cerca, además de las pantallas telivisivas.
Pero, ¿qué hacía ahí? ¿Creía que cometió un crimen, o un familiar suyo? ¡No! ¡No quería ir presa tan joven!
Miles de icógnitas surgieron en ella.Sparrow, al percibir su creciente intimidación, aterrizó en el suelo con suavidad. Miró su ligero fleco acomodado de lado, y las pestañas perfectamente delineadas; observó aquella piel con un tenue tinte rosáceo, y un natural bálsamo en sus labios de coral. Portaba un vestido de tirantes índigo, acentuado a la cintura, cuya tela caía en un vaporoso volante que llegaba hasta las rodillas. Todo eso tenía un aspecto radiante bajo el vislumbre lunar.
Zoe notó un extenso silencio. Decidió tomar una inusual iniciativa.
—Hola —saludó, respetuosa—, am, ¿se le ofrece algo por aquí? —preguntó con torpeza. Quería abofetearse, ¿cómo es que se le debía hablar a un superheróe?
Este hizo un gesto amable con la cabeza, en respuesta al saludo.
—No exactamente. Antes que nada, ¿sabía que está en una zona peligrosa, verdad? —respondió Sparrow, la modulación de su voz hacía que sonara grave y autoritaria.
—Bueno, vengo de una fiesta llena de adolescentes presumidos y adinerados, ¿por qué sería esta una zona peligrosa? —Se cruzó de brazos.
Zoe dio un rápido vistazo al lugar, quizo encogerse cuando vio la apariencia tenebrosa del sitio.
Las múltiples luces de la ciudad iluminaban vagamente los recovecos oscuros de las calles; varios roedores en las esquinas saltaban sobre basureros, los cuales desprendían un desagrable olor.
Ella no podía creerlo, ¡hacía un minuto no estaba así!
El heróe se aguantó una risa ante su distracción. Vio con curiosidad cómo a diferencia cuando la conoció en su forma civil, Jessica Keynes, la rubia aparentaba ser menos reservada y cohibida.
—Si tú lo dices. Vengo de un patrullaje, no a muchos kilómetros atrapamos a varios delincuentes. No se veían muy amigables, creo que asaltaban el local donde venías. —Su dedo índice señaló a la dirección contraria—. Quién sabe cuántos más hayan, esta es zona roja. No te conviene quedarte aquí.
Los ojos celestes de Zoe se infundieron de angustia.
Sparrow lo notó y aclaró que no hubo muchas repersecusiones, en un intento de calmarla, y que su compañera Uncanny Valley estaba con los policías encargándose del caso.
La androide no tardó en hacer aparición. Comunicó los arrestos de varios agresores e, inclusive, adolescentes por el consumo de sustancias ilícitas, asombrando a Zoe, porque eso significaba el apresamiento de sus compañeras. Además, aún faltaba chequear las calles restantes.
—Te recomiendo llevarla a su casa lo más pronto posible. Mi escaner detecta nuevos intrusos desconocidos, con fuerza no-humana; es problable que pidamos refuerzos. Si la policía ve que formó parte del conflicto, se meterá en un problema innecesario —le dijo Aeon a Sparrow.
La blonda intervino, cabizbaja, dijo que no vivía cerca, y no quería involucrar a nadie quien se arriesgara a recogerla.
Uncanny, con una sonrisa, alegó que no era necesario. Para ella y Sparrow no era una molestia y era parte de su trabajo. Un hecho cierto, pero con doble intención por parte de Aeon.
—Bien, tendrás que sujetarte fuerte —avisó el encapuchado.
Nervioso, colocó sus manos enguatadas en el hombro descubierto, temiendo incomodarla. Pero vio la serenidad de la joven y, a su vez, se calmó.
Ella le indicó donde vivía, también que su papá no estaría en su recinto. Podía dejarla sin problemas en el balcón.
Enseguida, la tomó con sutileza de la cintura y zumbó en el edificio contiguo. Zoe, instintivamente, rodeó el cuello contrario y cerró los ojos ante la altura.
En esos momentos, anhelaba no tener vértigo.
La opción más rápida era sobrevolar por encima de la ciudad, no obstante, lo presentía muy brusco para su acompañante.
El heróe empezó a volar entre los rascacielos, sostuvo a Zoe con una mano, mientras la otra mano se estiraba a lo lejos, como si estuviera apoyándose en la nada. Miraba de reojo las expresiones de la rubia, la cual estaba con la cabellera agitada a causa del viento.
Después de un par de minutos, ella abrió los ojos y sonrió cuando contempló el panorama: los rascacielos se recortaban en la distancia como siluetas imponentes, con sus luces tilitantes y multicolores. A lo lejos, se veían el Empire state y el One World Trade Center, cuyas figuras parecían agrandarse mientras se acercaban. Incluso, los habituales anuncios en el exterior de los edificios destacaban, apreciándose con fulgor.
Zoe no esperaba que su día tuviera ese giro repentino. Atesoró ese momento como uno de sus más lindos y divertidos recuerdos, incluso cuando en ese tiempo no se imaginaba la identidad del portador.
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Iris cerúleos
FanfictionOne-Shot Donde Zoe se escabulle de una fiesta, y se encuentra a quien menos espera.