Capítulo 21 Tempestad inminente

2 0 0
                                    

Narra Roger
El viento nocturno nos golpeaba el rostro mientras corríamos hacia la dirección escrita en la nota: 23 Wilford Street. Todo en esta noche se sentía extraño, como si el aire estuviera cargado con secretos que no debían ser revelados. Cada paso nos acercaba al peligro, pero detenernos no era una opción. No cuando Jacob estaba en algún lugar ahí fuera, esperando que lo encontráramos antes de que fuera demasiado tarde.

Cuando llegamos a la dirección, encontramos una casa vieja y deteriorada, con las ventanas rotas y el jardín consumido por maleza. Parecía abandonada desde hace años, pero la cerradura de la puerta estaba claramente nueva. Era como si alguien la hubiera instalado recientemente para ocultar lo que se guardaba allí.

—Esto no me gusta nada —susurró Hannah, mirando a su alrededor con paranoia.

Zack sacó una pequeña navaja de su bolsillo y, con movimientos rápidos, hizo saltar la cerradura. El chasquido metálico resonó en el silencio de la calle.

—¿Listos? —preguntó él, empujando la puerta con un leve crujido.

Lo seguimos adentro, sintiendo el peso de lo desconocido caer sobre nosotros. El interior de la casa estaba desordenado, pero no como si alguien hubiera vivido allí, sino como si hubiera sido registrada y saqueada apresuradamente. Hojas de papel, muebles rotos y botellas vacías estaban esparcidos por el suelo.

—¿Qué demonios pasó aquí? —preguntó Roger, barriendo el lugar con su linterna.

—Busquen algo que pueda conectarnos con Jacob —ordené, sintiendo que cada segundo perdido era una oportunidad menos para encontrarlo.
Mientras revisábamos la casa, encontramos una habitación en el fondo, completamente distinta al resto del lugar. Era una oficina improvisada. Sobre el escritorio había un mapa de la ciudad, con varias ubicaciones marcadas con círculos rojos, incluido el bar Marshall y el almacén donde encontramos el teléfono de Jacob.

—Esto es más grande de lo que pensábamos —susurró Zack, mirando el mapa con el ceño fruncido—. Hay más lugares vinculados.

Justo al lado del mapa, había una pila de documentos. Uno de ellos tenía una lista de nombres. Algunos estaban tachados. Entre los nombres sin tachar, reconocimos uno que nos hizo congelarnos: Jacob Rivers.

—¿Qué es esto? —preguntó Roger, pasando las páginas rápidamente.

Entonces lo vimos. Otro nombre sin tachar: Zack Hudson.

El silencio cayó como una losa sobre nosotros.

—¿Por qué estoy en esa lista? —preguntó Zack, su voz apenas un susurro. Pero ninguno de nosotros tenía la respuesta.

En ese momento, encontré una pequeña grabadora debajo de los papeles. Parecía que alguien la había dejado allí deliberadamente. Sin dudarlo, presioné "play".

La voz que salió de los altavoces era fría y distante.

—“Tenemos lo que necesitamos de Jacob. El siguiente en la lista es Zack. Asegúrense de que lo encuentren solo.”

Mis manos temblaron mientras pausaba la grabación. Nos estaban cazando. Y Zack era el próximo.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Hannah, pálida como una hoja.

Zack permanecía inmóvil, como si las palabras de la grabación lo hubieran dejado sin aire. Pero sus ojos, llenos de determinación, me decían que no pensaba quedarse esperando a que lo atraparan.

—Tenemos que llegar al fondo de esto. Si alguien quiere dañar a Jacob, me encontrarán a mí. No pienso esperar sentado– Dijo mi mejor amigo

Decidimos seguir las pistas del mapa. Uno de los círculos marcaba una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad, cerca de donde encontramos el teléfono de Jacob. Parecía ser el siguiente paso lógico, aunque sabíamos que cada lugar al que nos acercábamos nos ponía más en peligro.

—Podría ser una trampa —advirtió Roger, mirando a Zack con preocupación.

—Lo es —contestó Zack, con un tono desafiante—. Pero si quiero salvar a Jacob, no tengo otra opción que entrar.

Y así, sellamos nuestro plan. Nos dirigíamos directo hacia la boca del lobo.

La Sombra Del Amor  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora