Una Semana Antes

Día 2

POV Margarita

Puede que esté confundida, pero de lo que sí estoy segura segurísima, es que los sentimientos se mueven de formas que no imaginamos. Hay veces que están en el norte, el oeste o vuelan hacia el sur como los pájaros. Pero nunca se quedan quietos por siempre. Y se mueven siempre del lado de la verdad.

Los besos no dicen mentiras, menos que menos esos momentos especiales con Rey que si bien puedo contarlos con los dedos de las manos, lo que importa no es la CANTIDAD, es la CALIDAD.

Pero más allá de eso, se puede explicar la estampida de leones que siento en mi estómago? La electricidad que me recorre por dentro y por fuera en los momentos que me toca, me sonríe o el momento cósmico que su mirada de cristal se conecta con la mía?

Juego con los pétalos de esta flor amarilla. Sonrío y cierro mis ojos respirando las brisa del jardín trasero del Hangar. Uno de mis lugares favoritos para sentarme y pensar. Mis pies descalzos rozan la hierba fresca acariciada por el rocío nocturno de la noche anterior. El cielo estaba apenas nublado, el sol se quedó con el papel secundario el día de hoy. Sin embargo aún podemos apreciar lo bello. El río yace calmo, sin criaturas marinas ni esos pequeños patitos. Mis ojos vuelven hacia la flor en mis manos. Sus pétalos dorados me fascinan. Me recuerdan una canción que el tío de Daisy, Don Farolitos, nos enseñó junto con todo un álbum entero de canciones pegadizas y super bailables. Algo que me llamó la atención de ese CD es que hay una canción que no se puede escuchar muy bien. Una canción que predominaba una dulce voz femenina. Tampoco sé la letra. Nunca se la pregunté, y ahora Delfina no lo deja acercarse a Daisy. Entonces ...

— Mar!

El hilo de mis pensamientos es quebrantado por la voz de mi amigue Zeki que viene corriendo como lana que se la llevó el viento.

— Qué pasó? Podrías estar listísimo para inscribirte y ganar una maratón, eh Jajaj.

— No hay tiempo de explicar y menos para bromas. Vení! Tenemos un SOS en el departamento de diseño!!!

Y después la exagerada soy yo

Antes que mi cerebro pueda registrarlo me toma del brazo y me arrastra corriendo tanto o más rápido que antes hacia el interior del Hangar.

Y ahora, qué pasa?

Frenamos en el centro de la mesa donde Zeki y el diseñador de Delfina, el cual nunca me acuerdo de su nombre, prueban estilos y diferentes tipos de prendas para futuros proyectos. Y ahí es cuando me encuentro a Pipe, vestido de muñeco de torta, colores blancos adornando su vestimenta y jejeje y una cara de pocos amigos que me hace largar una carcajada que no alcanzo a cubrir. Por consiguiente, él me fulmina con la mirada.

Igual, sigo sin ver el problema en todo esto.

— Eh Zek, jaja que pasa?

— Cómo qué pasa?! No lo ves??? Mirá!- la desesperación en la voz de Zeki hace que abra los ojos como plato.

— La posta?.....no.- contesto cohibida.

Zeki bufa y se aproxima a Pipe que se encoge de hombros con miedo. Completamente entendible pero aún así, chistoso. En un ligero arrebato me muestra el costado del saco de costura con una pequeña pero notable rasgadura.

Era eso?

Por las dudas, disimulo.

— Ay no no no esto está muy mal es inadmisible es inconcebible es...

— Margarita.

— Qué?

— Me estás tomando el pelo?