A Tus Costillas

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El interior de la tienda era acogedor, iluminado con una luz suave que contrastaba con el bullicio exterior. Solo había un par de clientes, ocupados en sus propias compras, lo que le daba a Dazai la tranquilidad que buscaba.

Mientras caminaba por los pasillos, observando distraídamente los objetos expuestos, su mente no podía evitar recordar algo que solía hacer cuando las cosas se volvían demasiado abrumadoras. Cuando necesitaba calmarse y encontrar una forma de distraerse de su propia existencia, había un método en particular que siempre había sido efectivo: gastar dinero. Pero no su propio dinero, por supuesto. Eso habría sido demasiado aburrido. No, la verdadera diversión estaba en gastar el dinero de alguien más… específicamente, el dinero de Chuuya.

Dazai no pudo evitar sonreír ante el recuerdo. Años atrás, cuando ambos eran socios en la Port Mafia, después de una misión particularmente estresante o de enfrentarse a la oscuridad de su propia mente, solía encontrar consuelo en recorrer tiendas caras y comprar cosas absurdas con la tarjeta de crédito de Chuuya. La primera vez que lo había hecho, había sido solo por curiosidad, para ver cómo reaccionaría Chuuya. Pero después, cuando vio la expresión de rabia absoluta en su rostro al recibir los cargos en su cuenta, Dazai supo que había encontrado una pequeña fuente de alivio… y de entretenimiento.

Ah, Chuuya… siempre tan predecible. Dazai podía imaginar la escena con total claridad: los paquetes llegando a la puerta de Chuuya, la confusión inicial, seguida de una explosión de furia cuando revisara los recibos y viera el nombre del comprador.

Sí, creo que es hora de revivir esa pequeña tradición, pensó con una sonrisa traviesa. ¿Por qué no? Después de todo, no había nada más divertido que molestar a Chuuya, y además, necesitaba una distracción para alejarse de la sensación de vacío que lo estaba envolviendo de nuevo.

Con esa idea en mente, comenzó a tomar artículos de las estanterías cercanas. Un conjunto de plumas estilográficas de lujo, un cuaderno de cuero finamente elaborado, varias figuras decorativas extrañamente elegantes que no tenían ninguna utilidad más allá de ser caras. Tomaba cualquier cosa que pareciera lo suficientemente extravagante o innecesaria como para que Chuuya se enfureciera solo de pensar que estaba en su posesión.

—¿Le gustaría que empaquetáramos estos artículos para regalo? —preguntó la dependienta, claramente sorprendida por la cantidad de cosas que estaba apilando en el mostrador.

—Oh, claro. —respondió Dazai con una sonrisa angelical. —Es para alguien muy especial. Asegúrate de que todo se vea lo más caro y elegante posible. Es un regalo de corazón, después de todo.

La dependienta, aunque un poco desconcertada, asintió y comenzó a envolver cada artículo con esmero. Mientras lo hacía, Dazai sacó su teléfono y comenzó a escribir la dirección de envío. Por supuesto, no era su propia dirección la que escribió, sino la de Chuuya. Había memorizado esa dirección hace años, y sabía que el pequeño demonio rojo estaría en casa cuando los paquetes llegaran.

—¿Quiere agregar alguna nota al envío? —preguntó la dependienta mientras terminaba de empaquetar todo.

—Por supuesto —respondió Dazai con una risa apenas contenida. —Escribe esto: "Para mi querido Chuuya. Porque siempre estoy pensando en ti, y sé que apreciarás estos pequeños regalos. Con cariño, tu eterno socio".

La dependienta sonrió de manera educada, aunque probablemente no entendía el tono sarcástico del mensaje. Chuuya definitivamente lo entendería, pensó Dazai con satisfacción.

Finalmente, cuando todo estuvo listo y pagado —por supuesto, utilizando la cuenta de Chuuya—, Dazai salió de la tienda con una sensación renovada de alivio.

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Perdón por recién actualizar, estudio dos carreras y trabajo. Casi no tengo tiempo, ni para dormir tengo tiempo. 😓

Pero voy a retomar la historia y actualizar todos los sábados sin falta (también voy a actuar cualquier día de la semana aparte del sábado).

Desde ya, gracias por leer Estas seguro.

Publicado Viernes 18 de Octubre del 2024

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