La salida de la niebla.

capituló 5

Después de eso, no volví a ver a Oikawa durante mucho tiempo.

No es que no quisiera, es sólo que mi vida de repente se volvió inesperadamente ocupada. Principalmente por la llamada telefónica que recibió Kageyama, de Kitagawa No. 1. La voz del hombre era desconocida, como la de un recién llegado, y su tono era sincero y aterrador. Dijo que aunque había renunciado, había dejado esos proyectos atrás y descubrió muchos problemas detallados a medida que avanzaban. Preguntó si sería conveniente para él. Volver y hacer otro traspaso realmente no fue posible y podría hacerlo de forma remota. La reunión no es un problema, es hora de observar a Kageyama.
Kageyama escuchó a la otra persona caminar sobre hielo fino y no dijo nada durante un rato. La otra parte no escuchó su voz y tembló aún más.

"De hecho, realmente no hay otra manera..." tartamudeó el hombre al otro lado del teléfono para explicar: "Casi hemos roto los materiales de entrega que dejaste antes. En algunos lugares, realmente no sé si los entiendes. Preciso. También puedes simplemente rehacerlo, pero sería una pérdida de dinero, eh, no, sería una pérdida de tu trabajo anterior..."

Kageyama preguntó: "¿Qué son?"
El hombre estaba demasiado nervioso para escuchar con claridad: "¿Qué?"
Kageyama dijo: "¿Cuáles son los proyectos? Por favor, dame el nombre del proyecto y la lista de preguntas. Lo resolveré con anticipación". Garantizar la eficiencia de la entrega un poco más alto."
"Oh, oh." El hombre respondió: "Muchas gracias, se lo enviaré de inmediato".

Dos días después, se envió la lista e inesperadamente surgieron muchas preguntas. No es difícil responder. Lo que es difícil es que no sabe por qué otros no entienden algo tan simple, por lo que no está seguro de hasta dónde debería explicarlo. No había realizado ningún proyecto nuevo desde que dejó su trabajo, por lo que cuando volvió a abrir esos archivos, sintió una familiaridad desgarradora. Incluso podía recordar cada borrador que dibujaba, cada línea, cada idea que se le ocurría.
En los días en que Ichikuni y Kinda se habían hecho amigos, habían imaginado juntos cómo serían esas obras cuando finalmente fueran construidas.

Escribió sobre los problemas en detalle, uno por uno, tal como estaba sentado en la oficina escribiendo documentos de entrega antes de dejar su trabajo, por temor a perderse algo. A menudo se sentaba frente a la computadora todo el día. Cuando levantaba la cabeza, ya estaba oscuro y recordaba la oficina antes de dejar su trabajo.
También era una noche muy solitaria. Todas las luces en otras áreas de trabajo estaban apagadas y solo su posición seguía brillando.

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Dos semanas después, Kageyama llegó a la oficina número 1 de Beichuan.
La fachada y el diseño me resultan familiares, pero después de saludar brevemente al líder anterior, todo lo que vi fueron caras desconocidas.

La agenda era apretada, por lo que no perdieron el tiempo. Wu Yangyang y un grupo de personas se sentaron en la sala de conferencias y Yingshan conectó la computadora a la pantalla.
"He leído todas las preguntas en el documento", Yingshan miró a las personas en la sala, "Se las diré una por una".

Cuando nadie habló, él empezó a hablar. Después de hablar de una cosa, toma un trago de agua y luego habla de la siguiente. Durante mucho tiempo, su voz fue la única voz en la sala de conferencias. En el quinto punto, alguien levantó la mano y se detuvo.
"¿Qué?", ​​Preguntó.
La persona que levantó la mano parecía muy joven, como si acabara de graduarse, y no parecía muy valiente. Se puso de pie temblando ante la mirada de toda la sala.

"Mayor Kageyama", dijo, "hay algo que no entiendo en la primera pregunta". Kageyama
preguntó: "¿Por qué no preguntaste ahora?"