Coincidencia

4 3 7
                                    

Aquí estoy de nuevo.

Estoy jugando en mi casa con el niño rubio de siempre. Aún no sé quién es, no sé su nombre. Sus ojos azules son muy bonitos, su sonrisa también me gusta. Reímos mucho. Parece ser que nos divertimos muchísimo.

Mi mamá salió un momento y nos dejó jugando. Él comenzó a deslizarse por el barandal de las escaleras del segundo piso y me reta a hacerlo. Yo tengo miedo. Pero al ver que se está divirtiendo, acepto hacerlo también. Las primeras dos veces fue muy divertido. Pero la siguiente, no me acomodé bien y resbalo.

Todo está en cámara lenta. Puedo ver como se va desfigurado la cara de felicidad del niño a una de miedo y terror. Y para cuando me doy cuenta de que estoy cayendo es muy tarde. El dolor es insoportable.

Siento algo caliente que  sale de mi cabeza, me toco el lugar donde me duele y veo que es sangre. Mucha sangre.

Y ahí es cuando el recuerdo  del sueño termina. Y al despertar del trance siento un intenso dolor de cabeza justo donde creo que me dí el golpe en el sueño.

— ¿Oye? ¿Estás bien? — me pregunta mi compañero un poco preocupado —. Te duele la...

— ¡Tú! El nuevo, deja de hablar y sigue con tu examen — dijo "el ogro".

— Estoy bien, gracias — me dí un pequeño masaje en círculos en la sien y me levanté para entregar mi examen.

— Los que vayan terminando pueden ir saliendo a almorzar — dijo el profesor.

Regresé a mi lugar a guardar mis cosas para ir a la cafetería a comprar algo, antes de que se llene de gente.

Cuando se llena es muy difícil de que te toque pronto y cuando es tu turno, ya es hora de regresar a clases y las opciones a elegir son muy pocas.

Mientras guardaba mis cosas y buscaba mi cartera, "el nuevo" me hizo señas.

— ¡Ey! — me dijo en voz baja, haciendo cara de súplica —, ayúdame con el examen, por favor.

— Lo siento —, le dije también en voz baja —, no puedo...

— ¡Regina! — sentí escalofríos. Todos se giraron a verme —. Si ya terminaste, puedes salir.

Me dí la vuelta y salí, pero antes le dije al nuevo "lo siento" solo moviendo mis labios. Le sonreí triunfalmente, pero mi sonrisa se esfumó tan rápido como llego. Pues él también sonrió, como si le causara gracia mi actitud.

Tiene una sonrisa muy linda y con ese piercing en el labio, lo hace ver...

"¡Ahhhh! ¿Qué me pasa?"

Grito mentalmente.

Me apresuré a salir antes de que el profesor me llamara de nuevo la atención.

Mientras caminaba a la cafetería, iba recordando la sonrisa del nuevo. Me recordó a...

"¡No! Alto, ni siquiera lo pienses".

Me regaño mentalmente.

No puedo creer que esté pensando en esas cosas.

"¡Nah! Es solo una coincidencia, ¿cierto?"

Después de comprar mi comida ví que en una mesa estaba sentada Carla, mi otra amiga.

Mientras intentaba comer, y digo intentaba porque mi apetito desapareció, Carla me cuestionaba sobre lo que me dijo el nuevo. Por cierto, no sé su nombre.

— ¡Ya! Cuéntame qué te dijo — me preguntó ella muy emocionada.

— Ya te dije. Nada interesante —, dije desganada. Se me quedó viendo con las cejas levantadas —. ¿Qué? — dije un poquito molesta por su expresión.

Only Love Can Hurts Like ThisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora