Acoso

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Sólo ésto me faltaba. Encontrarme con el nuevo en medio de la calle.

— ¿Te llevo? — Es una oferta muy tentadora. El sol achicharra mi piel y voy tarde al trabajo.

"¿Que hago?"

— ¿Cómo hiciste para encontrarme? — seguí caminando mientras él conducía lento a un lado de mí.

Lo bueno de ésta calle es que no es muy transitada. Así que continúe mi camino así por un rato.

— Tú sabes la respuesta a eso —, pero claro que la sabía. Sólo quería asegurarme de que era la correcta. Sonrió y me guiñó un ojo —. Sé que vas tarde al trabajo, no seas terca y sube. Te llevo —. Debido a que iba caminando bastante cerca de la orilla de la banqueta, él estiró su mano agarrándome por la muñeca y me molestó su manera de actuar. Fruncí las cejas, estaba lista para responder pero mi conciencia me hizo recapacitar y cambié de opinión.

— Está bien —, le dije no muy convencida. Su sonrisa se hizo más grande todavía.

Rodeé el hermoso carro amarillo y subí. Al momento de entrar me golpeó un exquisito aroma a piel de los asientos, el perfume del aromatizante era muy agradable. Pero lo que más me gustó fue el interior de carro.

Sé que es un modelo muy antiguo y a pesar de eso se ve bastante bien. No sé si está restaurado o qué, pero es muy bonito.

Tiene asientos de piel en color negro, el tablero negro con algunos detalles en madera. Los vidrios un poco oscuros. Todos los detalles, las texturas, los aromas. Precioso. El único pero que le pondré es que solo hay dos asientos. Y tuve que compartir el asiento con Christian.

— Te quedaste muy callada —. Me dijo Melo sacándome de mi asombramiento.

— Estaba admirando lo bonito que es el carro —. Dije un poco apenada.

— ¿Te gusta?

— Sí, es muy bonito.

— Es el carro de mi mamá...

— ¿Enserio? — observaba los detalles de las costuras de los asientos mientras le respondía distraída.

— Sí, lo compro cuando yo era pequeño.

El rugido fuerte del escape hacía eco en las calles, atrayendo demasiadas miradas. Por suerte, los vidrios son oscuros y no se ve claramente quién va adentro.

Unos minutos más tarde llegamos a mi trabajo. Estacionó el carro casi frente al local.

— Gracias —. Me giré un poco para agradecerle.

Ya tenía mi mano en la manija para abrir. Pero me detuvo.

— Espera —, pasó una mano detrás de mi nuca y acercó su otra mano a mi cara —. Traes algo, justo aquí.

Rozó la comisura de mis labios con el pulgar. El tacto de su dedo en mi cara se sintió muy extraño. Mi respiración se aceleró más de lo normal.

Ya estábamos muy cerca el uno del otro.

No sé, si era por que el sol estaba ardiente o era que la temperatura en el carro aumento (cuando  los carros están estacionados en un lugar donde el sol les pega siempre se calientan) o era la incómoda situación en la que me encontraba, pero sentía que estaba como una olla exprés.

No me dí cuenta en que momento se acercó tanto que me besó.

El beso me agarró desprevenida, no supe cómo reaccionar. Sus labios son muy suaves y luego está la sensación del piercing en su labio...

Oí unas risas, eran unos niños  que pasaron caminando por la banqueta, y me separé bruscamente. Abrí la puerta y salí corriendo. Entré al local sin ver atrás. Ahí estaba Lucy preparando una malteada de galleta. Me vió un poco sorprendida.

Only Love Can Hurts Like ThisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora