Nah, It's Hero Time | JujutsuKaisen×Ben10 |

Primer acercamiento

Tras aquella noche cargada de emociones, la familia Tennyson decidió quedarse temporalmente en el pequeño y pacífico pueblo de Belwood. Mientras tanto, buscaban cualquier pista que pudiera revelar el paradero de aquellas tres misteriosas figuras que los acechaban.

Un par de días después, el equipo de ojos verdes se encontraba en una tienda de antigüedades, un lugar con renombre en la zona, conocido por su vasta colección de objetos antiguos y cargados de historia. Benjamín Tennyson, sin embargo, era el único que no sentía ni la más mínima curiosidad por aquel sitio que, a sus ojos, parecía más una fosa de aburrimiento que un tesoro de historias pasadas.

Para él, estar allí era igual o incluso peor que una visita obligada a una biblioteca o a uno de esos museos que su prima Gwen adoraba. Esos lugares llenos de cosas viejas que, para Ben, no eran más que polvo y olvido.

—¡Mira, Ben!— exclamó Gwen, visiblemente emocionada mientras señalaba un reloj cubierto de polvo, que había encontrado en una de las estanterías. Su entusiasmo irradiaba en cada palabra. Pero Ben solo pudo torcer la boca y contestar con el desinterés más evidente. —Wow... un reloj... súper antiguo...

Gwen, en su fascinación, no notó el tono aburrido de su primo. —¡Sí! ¡Es un reloj antiguo! Como los que se usaban en la Segunda Guerra Mundial. ¡Oh! ¡Mira eso!— dejó rápidamente el reloj para inspeccionar otro objeto que había captado su atención.

Ben, ya en estado de desesperación, solo pudo soltar un suspiro resignado. Para él, Gwen parecía estar hablando en otro idioma, algo que él bautizó como "el idioma de los ñoños". Mientras su prima seguía emocionada, Ben lanzó una mirada de súplica a su abuelo Max, quien estaba inmerso en una conversación con el dueño de la tienda. Pero el abuelo, ajeno al sufrimiento de su nieto, seguía charlando sin darle importancia a lo que ocurría a su alrededor.

Aprovechando un descuido de su prima, Ben decidió escabullirse silenciosamente. Cualquier cosa era mejor que seguir escuchando la interminable perorata de Gwen sobre la historia de objetos que a él no le importaban en lo más mínimo.

Se adentró más en la tienda, buscando algo que pudiera captar su atención. ¿Acaso no había nada que fuera de su estilo? Después de todo, era una tienda de antigüedades, ¿no debería tener algún artículo interesante? Consolas antiguas, tal vez... o si tenía suerte, podría encontrar tarjetas de Zumo Golpeador, quizás incluso una edición limitada dorada. Cualquier excusa le servía para justificar su pequeña "aventura".

Ben exploraba la tienda, encontrándose con todo tipo de objetos extraños: guitarras antiguas, aviones de juguete, y hasta la piel de un oso que, a su juicio, debía ser falsa... o al menos eso esperaba.

Su camino lo llevó hasta una puerta que tenía un letrero bastante claro: "Prohibido el paso, solo trabajadores". Para Ben, aquello era prácticamente una invitación. ¿Prohibido? Eso solo hacía que quisiera entrar aún más. Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta con cuidado, asegurándose de no hacer ruido, y se deslizó al interior, cerrando la puerta detrás de él.

—¿Por qué está tan oscuro...?— murmuró para sí mismo, extendiendo las manos en busca de algo que le ayudara a orientarse. Sus dedos rozaron algo frío y duro, pero la oscuridad seguía siendo absoluta. Entonces, una idea le vino a la mente. Levantando la muñeca, activó el Omnitrix, que emitió una tenue luz verde que iluminó la habitación frente a él, bañando su rostro con el resplandor esmeralda.

—Esto debería bastar... ahora solo tengo que encontrar el interruptor de la lu—...

Mientras movía su muñeca, la luz del Omnitrix iluminó un rincón de la sala. Frente a él, emergió una figura que lo dejó helado. A la altura de sus ojos, vio una nariz roja, seguida de un rostro con maquillaje blanco. Un payaso de aspecto espantoso lo observaba desde las sombras.