Por días Taehyung no tuvo un buen descanso, cada vez que cerraba los ojos se sentía incómodo. Vigilado. Acechado. En la mira. Terminaba abriéndolos de inmediato, y era increíble cómo solo podía dormir cuando el sueño lo vencía por completo, por períodos de no más de cinco horas, y al despertar se sentía tan aterrado como cuando durmió.
Ocasionalmente, el mismo sueño que tuvo en el hospital se repetía una y otra vez. Igual de vívido, igual de real. Después de cada sueño se preguntaba: si realmente era un sueño, ¿cómo es que podía tener tantas sensaciones en uno? Era algo de locos.
En la universidad no le estaba yendo de la mejor manera, le costaba poner atención en clases y su decadencia estaba siendo notada por alumnos y profesores. Taehyung se había posicionado por varios trimestres como el número uno de la sección, pero su rendimiento actual solo le permitía un máximo del cuarto lugar. Para cualquier otro esto era una alarma, pero no para Taehyung quien cansado se dormía en su pupitre y no tenía cabeza para pensar en el rendimiento que daba.
Murmuraban cuando lo veían por los pasillos. Su piel había tomado un tono opaco, amarillento, que rápidamente se atribuía a una mala alimentación. Tenía el cabello sucio, enmarañado, que cubría con el gorro de su suéter. Con bolsas violáceas bien marcadas debajo de sus ojos, aquellos que usualmente tenían una expresión audaz que hasta le añadían un poco de egocentrismo, pero ahora... solo lucían como dos cuencas inexpresivas carentes de brillo.
Se la pasaba solo entre clase y clase, y apenas compraba algo para comer; una manzana roja y una botella de agua. Lo único que le apatecía, lo único que su estómago recibía con una bienvenida y asentamiento.
Sus amigos trataban de acercarse a él pero a Taehyung le parecía que eran pobres intentos hipócritas; le creían un loco, podía verlo por la manera en la que le hablaban, cómo le miraban. Fingían creerle debido a su estado, por lo que él prefería mantenerse alejado. Ya tenía muchos problemas como para meterse en más. Los veía conversar desde lejos, reírse de sus chistes, excepto a Jimin quien también se veía un poco mal y a Yoongi que se le notaba nervioso.
En cuanto a Jungkook, disminuyó considerablemente su agresividad. Estaba calmado, sereno y le trataba de mejor manera. En las mañanas podía sentir cómo unos dedos fríos le acariciaban el cabello, masajeando su cuero cabelludo. Cuando se veía al espejo podía verlo detrás de él en ocasiones, allí parado con una expresión suave y una sonrisa cálida en los labios.
Bueno, sería cálida si no fuese por el miedo que Taehyung sentía.
A ser sinceros... Ese miedo ya no era tan fuerte, se podría decir que se estaba acostumbrando. Cuando pensaba en eso se sentía extraño. Tampoco faltaban los susurros que empezaron tres días después del hospital y que escuchaba la mayor parte del día: "recuerda tu historia", "la vida es más de una". Él no hacía nada por entenderlos a fondo, tenía miedo de lo que podría pasar. De lo que pudiese descubrir indagando en un plano que pocos habían tenido el placer, o la desdicha, de conocer.
Pensó que seguiría solo hasta que aquel ente se fuera o él acabara suicidándose, pero por el contrario, un día cuando volvió de la universidad se encontró con su hermano mayor sentado en el sofá de la sala, con el control remoto de la televisión en una mano y una lata de cerveza en la otra.
Taehyung tragó saliva con pesadez desde el umbral de la puerta, apretando con fuerza el pomo de la puerta principal del departamento. En su rostro podía leerse la sorpresa con un atisbo de incomodidad.
—¿Qué haces aquí? —preguntó al entrar, cerrando la puerta tras él.
Su hermano, quien hasta ahora no se había percatado de su presencia, dio un respringo que le llevó a casi dejar caer la lata de cerveza al suelo.
—Esa no es forma de saludar a tus mayores. —le respondió con diversión y soltó una suave risa.
El hombre se puso de pie para acercarse a Taehyung, pero este dio un par de pasos hacia atrás al fijarse en las intensiones de su hermano de abrazarlo.
—¿Qué haces aquí? —insistió Taehyung quitándose la mochila, dejándola caer al suelo, seguidamente se quitó el abrigo que llevaba puesto y lo colgó en el perchero detrás de la puerta.
El mayor suspiró y acarició el puente de su nariz. ¿Para qué se esforzaba? Taehyung siempre sería la persona más terca que conocería en toda su vida. Nunca servían ninguno de sus esfuerzos por tratar de acercarse nuevamente a él.
—Tus amigos me llamaron, dicen que estás mal —finalmente confesó—. Y a juzgar por tu aspecto, no se me haría extraño que hasta tengas parásitos.
Taehyung lo miró de reojo caminando hacia el refrigerador, de donde sacó una lata de refresco.
—Que te den, Jaehyun —dijo de mala gana mirando a su hermano en lo que daba el primer sorbo—. Solo son las últimas semanas del semestre las que me tienen así, eso es todo lo que tienes que saber.
Jaehyun se acercó a la barra y se sentó en una de las sillas altas, respiró hondo y se quedó viendo a su hermano menor a solo unos metros de él. Ellos compartían bastante parecido; el mismo tono de piel así como sus gestos y su narices era similares por no decir iguales. Pero también diferían en algunos aspectos; él le sacaba varios centímetros en altura, su rostro era más masculino y su cuerpo un poco más fornido en comparación de Taehyung.
—Vamos, Tae, no seas así —refutó con cierto fastidio mientras tamborileaba los dedos en el mesón—. Sabes que solo quiero ayudarte.
Taehyung puso los ojos en blanco apretando la mandíbula.
Cuando ambos eran solo unos niños, su relación era bastante buena. Taehyung amaba a su hermano mayor y viceversa; Jaehyun siempre estuva allí para protegerlo y guiarlo. Pero las cosas empezaron a cambiar cuando la adolescencia llegó. Jaehyun era el favorito de sus padres, siempre siendo halagado, mientras que Taehyung vivía en la sombra de su hermano mayor; cada logro era opacado por su hermano, por uno mucho mejor.
La comparación e indiferencia que recibió uno de ellos de sus padres fue lo que causó una grieta en la relación de los hermanos.
Todo empeoró cuando Taehyung decidió dejar la casa de sus padres a temprana edad tras una discusión sobre sus méritos estudiantiles. Nada contentos con la decisión de su hijo menor, le dejaron ir rompiendo considerablemente su vínculo. Taehyung no culpaba a su hermano, no del todo, pero siempre supo que él amaba ser el centro de atención, el preferido y halagado en toda la familia.
—No estás aquí para ayudarme —habló Taehyung sintiendo un nudo en la garganta, fijando su mirada en la lata que poseía en las manos—. Solo estás aquí para quedar como el chico perfecto, como siempre. Para que todos digan lo bueno que es Jaehyun, lo mucho que se preocupa por su hermanito.
—No seas ridículo —Jaehyun contrarrestó fulminándolo con la mirada y se puso de pie—. Si estoy aquí es porque quiero saber qué diablos está pasando contigo. ¿Me crees estúpido para creerme que es por la universidad? Vamos, nunca creí que me subestimaras tanto.
Al no recibir una respuesta a cambio, se acercó hacia Taehyung, que permanecía mirándolo fijamente.
—No me voy a ir hasta saber qué está pasando contigo y tenga una solución, así que es mejor que me lo digas de una vez si quieres que me vaya.
Taehyung chasqueó la lengua manteniendo la mirada en el rostro de su hermano. Rendido, respiró hondo y dejó la lata de refresco sobre la barra. Se dio media vuelta y caminó en dirección hacia habitación, golpeando con el hombro a su hermano mayor cuando pasó por su lado.
Jaehyun suspiró y solo se limitó a seguirlo con la mirada.
—¡Ya me instalé! —vociferó lo suficientemente alto para estar seguro que fuera escuchado.
Taehyung cerró la puerta de golpe como respuesta. Sintiéndose frustrado, se dejó caer en el cama con ambas manos sobre su rostro. Si la situación antes era un infierno en vida, ahora lo sería peor con su hermano metiendo la nariz en donde no debía.
Ya le costaba fingir que todo estaba bien, que nada nuevo ni extraordinario estaba pasando en su vida, ¿qué haría ahora?
Maldijo a Jimin quien tenía una copia de la llave, seguramente fue él quien llamó a Jaehyun y le dejó entrar.
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EL AMANTE DEL DIABLO. ➸kth+jjk
Fanfic❝ Kim Taehyung resulta perdedor en una apuesta hecha con Kim Seokjin y como penitencia deberá llevar a cabo un ritual sugerido por Park Jimin, el amigo medio extraño del grupo que se ve atraído por lo paranormal. Creyeron que se trataba de un simple...