En todo el mundo existen diferentes historias de dónde venimos, qué hacemos aquí o cuál es nuestro propósito. Muy pocas versiones congenian con otras.
Una gran parte de la población cree fielmente que nuestro origen fue dictado únicamente por Dios, quien según ellos gobierna en el cielo como en la Tierra. Otorga castigos, también bendiciones, pero... ¿alguien realmente lo ha visto? También está el porcentaje que desacredita un origen espiritual y religioso, ellos se rigen por lo tangible, lo que se puede comprender y verificar: creen que la raza humana ha sido constatada mediante la evolución, traídos aquí o nacidos por una fuente más allá de nuestra imaginación.
Existen infinidad de teorías, más creencias, pero estas dos son las más famosas dentro de un gran número. Ellas nunca estarán de acuerdo, siempre buscando tener la razón y desacreditar a la contraria.
La población religiosa cree con certeza en la existencia del alma siendo el centro del individuo, mientras que los partidarios de la ciencia aseguran que el ser humano está hecho de materia.
¿Qué es del cuerpo sin alma? Un cascarón vacío. Uno igual al otro.
¿Qué es del alma sin cuerpo? Un espíritu errante que no puede transmitir ningún aspecto de ella.
Este es el caso que se presenta en esta historia.
En muchas ocasiones, incluso más de lo que uno pudiese imaginar, las almas poseen antigüedad. Viviendo una época tras otra, olvidando lo que vivieron al momento de nacer otra vez. Sin embargo las almas errantes son aquellas que no vuelven a nacer, quizás porque no ganaron el privilegio de una nueva vida, porque agotaron sus oportunidades o porque poseen algo pendiente que los mantiene atados a sus yo del pasado. Algunas almas, por no decir la mayoría, no son capaces de distinguir cuándo comienza una vida y termina otra, se dejan llevar por la corriente, pero nunca falta quienes tomen el camino en contra.
Dicen que hay maneras de ver lo que ocurrió en una vida pasada, no es fácil pero tampoco imposible, requiere gran fuerza de voluntad para ver lo ocurrido y no solo lo que nuestra imaginación elabora en un escenario onírico.
Taehyung estaba sentado al borde de su cama, sus hombros siendo rodeado protectoramente por el brazo de su hermano, quien estaba el doble de asustado que él luego de que le contara cada uno de los sucesos.
Desde lo ocurrido en el hospital, Taehyung trató de encontrar una explicación a lo que experimentó mientras dormía. Después de leer varias teorías en la web, se inclinó más por aquella que hablaba sobre recuerdos de la vida pasada; tomaba más sentido al recordar las palabras que el ente de vez en cuando decía.
—Entonces, ¿pudiste ver lo que pasó en tu vida pasada? —cuestionó Jaehyun. El asunto le daba cierta incertidumbre pero no dejaba de parecer muy interesante.
—Bueno... Empiezo a creer que sí. —Taehyung murmuró cabizbajo, sus ojos aún húmedos por las lágrimas.
Odiaba sentirse débil, pero si era su hermano el que lo veía en tal estado no tenía que ser tan malo.
—Podría bien solo haber sido un sueño, pero joder, fue demasiado vívido para ser solo un sueño nada más —agregó y secó con brusquedad una lágrima que caía por su mejilla—. Y las cosas que él ha dicho... Parece mucha coincidencia.
Taehyung cerró los ojos con fuerza y los mantuvo así por un momento, intentando calmar los acelerados latidos de su corazón, mientras Jaehyun ahora le acariciaba la espalda con sutileza.
—Tenemos que hacer algo al respecto, para descubrir si fue un sueño o realmente son recuerdos.
—¡No, no! ¡No te metas o él te hará daño! —vociferó Taehyung apartándose con tal pánico que logró sobresaltar a su hermano mayor.
—Pero él quiere que recuerdes, ¿cómo podría enojarse porque deseo ayudarte a ello?
Jaehyun habló con tal convicción que Taehyung pareció considerarlo, pero volvió a negar con la cabeza enérgicamente.
La luz de la habitación perdió intensidad, dándole a la sala una apariencia lúgubre y marchita. Taehyung sujetó el brazo de su hermano con firmeza. Jaehyun sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y una descarga de adrenalina se disparó haciendo que el corazón le latiera desbocado.
Escucharon un chirrido, al buscarlo con la mirada hallaron que provenía del espejo en la cómoda. Por primera vez, Jaehyun palideció de miedo al divisar la figura de un chico dentro de este; su piel grisácea como la de un muerto, rastros de golpes y hematomas por la mayor parte del cuerpo visible, ojeras marcadas que más bien parecían golpes bajo sus ojos, labios marchitos y amoratados.
Nadie dijo una sola palabra, el silencio sepulcral solo era interrumpido por los dedos del chico en el espejo al escribir en el cristal empañado por el frío repentino e intenso en la habitación, provocando que los hermanos se sintieran tan helados como si los hubiesen sumergido en agua gélida.
Hazlo.
El ente desapareció y la luz regresó con tanta intensidad que ambos tuvieron que cerrar los ojos. De pronto la bombilla estalló y gritaron cuando emanó chispas.
—Maldición —siseó Jaehyun con la respiración descontrolada.
Taehyung no se movió, solo estaba allí, inerte y viendo hacia la nada. No podía dejar de preguntarse qué sería de su vida. Aunque últimamente estaba considerando que Jungkook no era tan malo como parecía, en ocasiones como estas lo volvía a creer un ente relacionado con el infierno.
—Vamos, Tae. —Jaehyun se soltó del agarre de su hermano menor para sujetarle de la mano y lo llevó prácticamente a rastras hacia la salida del departamento.
Ahora lo sabía. No había que ser un genio para aceptar que Taehyung se implicó en un tipo de situación que iba más allá de su compresión, y ni siquiera podía imaginar la gravedad de las cosas, pero las circunstancias indicaban con toda claridad que no se trataba de un caso típico donde el ente solo busca alimentarse de la fuerza vital de la víctima y adueñarse del alma. Existía más. No era su alma, eran los recuerdos almacenados. No lo veía solo como combustible para seguir con su parasitaria existencia, lo necesitaba para hallar la pieza faltante que lo ataba.
—¿A dónde vamos? —preguntó Taehyung retomando la compostura.
—No lo sé, vayamos a una cafetería o algo así. Tenemos que buscar información sobre ello, pero es mejor que estemos fuera de aquí mientras lo hacemos.
Taehyung no objetó, solo caminó siendo guiado por Jaehyun. Tenía sueño, creía que en cualquier momento se caería desmayado en medio de la calle por el cansancio que lo embargaba desde días atrás. Le tranquilizaba un poco la compañía de su hermano. Sus amigos le habían creído un loco a excepción de Yoongi y Jimin, a quienes tenía ganas de ver, pero... ¿de qué servía si los pondría en riesgo?
Sentía la misma responsabilidad para con su hermano, pero por ahora, no creía poder seguir cuerdo sin nadie a su lado.
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EL AMANTE DEL DIABLO. ➸kth+jjk
Fiksi Penggemar❝ Kim Taehyung resulta perdedor en una apuesta hecha con Kim Seokjin y como penitencia deberá llevar a cabo un ritual sugerido por Park Jimin, el amigo medio extraño del grupo que se ve atraído por lo paranormal. Creyeron que se trataba de un simple...