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𝗔𝗨𝗥𝗢𝗥𝗔, 𝗟𝗔 𝗝𝗢𝗩𝗘𝗡 𝗗𝗘 𝗖𝗔𝗕𝗘𝗟𝗟𝗘𝗥𝗔 𝗥𝗨𝗕𝗜𝗔, salió de manera elegante del auto de lujo que pertenecía a su esposo, soltando un suspiro de cansancio mientras sus ojos buscaban el cielo. El sol de verano se hacía presente, preparando el escenario para días más calurosos y sofocantes.
Giró su cabeza hacia la imponente mansión, admirando sus imponentes paredes y altos techos, sintiéndose pequeña frente a su tamaño y elegancia.
Aurora le dio las gracias a su chófer con una sonrisa cálida, mientras él sacaba las maletas del coche con cuidado. Luego, ella observó cómo las colocaba en las puertas de la mansión con precisión. El chófer le sonrió amablemente y se despidió con un gesto de la mano, antes de subirse de regreso al auto y alejarse.
Aurora se encontraba en la entrada de la gran mansión, sintiéndose nerviosa y algo abrumada por la enorme dimensión y elegancia del lugar. Sabía que su esposo, el joven millonario Nicholas Chavez, se encontraba dentro, pero no podía evitar sentirse un poco insegura y confundida.
Había despertado en el hospital, sin recordar nada de su pasado ni de su propia identidad, como consecuencia de un accidente automovilístico. Después de hacer preguntas, los médicos le habían dicho que tenía un esposo, Nicholas. Él la había recibido con cortesía y había sido comprensivo con ella, respondiendo cada pregunta que la joven le hacia.
Al final Aurora y Nicholas habían acordado que ella iría a vivir con él, como correspondía a una pareja casada. Ahora, aquí estaba ella, parada frente a la entrada de aquella hermosa e imponente mansión, nerviosa y llena de dudas en su corazón.
La puerta de la mansión se abrió de manera majestuosa, sorprendiendo a Aurora, quien miró con atención cómo un hombre que vestía de traje salía del recinto, dirigiéndose hacia ella.
⸻Bienvenida nuevamente, señora Chavez. Su esposo la espera dentro, ⸻dijo el hombre con elegancia en su tono de voz.
Su gesto de sorpresa se transformó en una sonrisa amable y al mismo tiempo nerviosa al escuchar la cordial bienvenida del asistente. Aurora respondió con cortesía:
⸻Muchas gracias. Por favor, dígale a Nicholas que ya estoy aquí, ⸻le pidió con dulzura.
El hombre con el traje sonrió cortésmente y respondió:
