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La joven, mirando aquella soledad en las estrellas sin indiferencia a ella. Sola. Tenia a Cap, pero verlo era ver a alguien que no era aquel chico que era su amor del que pensó, miro levemente su mano notando aquella leve herida que le hizo, la escupió sintiendo como ardía de nuevo. Agarro fuertemente su mano, con aquel gran dolor. Se levanto ya no notando al joven semi-gato, algo desaparecido. Agarro su telefono rápido para salir afuera del departamento. sentándose casi afuera, llamando a un amigo suyo.
—¿M...magma..?—Tomo un silencio escuchando la otra voz para sonreir levemente de tranquilidad y serenidad.—Voy a tu casa. Voy a dormir allí.
Sin más, corto la llamada para volver a entrar, notando al semi-gato en la cocina viendo su telefono en la oscuridad sin más que decir. Volteando de reojo al verla, se levanto tomándola del pelo fuertemente haciendo temblando levemente a la castaña temblar. Esta lo miro un poco con algunas lagrimas. Este al verla la soltó de un empujón chocando contra el piso.
Este al verla intentando pararse, se puso encima suyo uniendo sus piernas dejándola casi sin poder moverse. Esta simplemente moviendo los brazos alejando al semi-gato algo de ella, agarrando sus zapatos, para tirarselos al joven. Este ante tal acto, se levanto agarrando bruscamente la cabeza de la más baja moviéndola varias veces jalando su pelo con algo de fuerza. Que la joven sentía que su cabeza ardía, el mismo ardor que tenia al escupir su herida, el mismo ardor que tenia luego de los abusos de su -supuesto- amado. Ese ardor era tan insoportable que lagrimas chocaban por salir y caer sobre aquellas rojas mejillas de dolor, sobre aquellos moretones negros, sobre aquel amor que alguna vez existió en ella por él. Aun lo amaba, pero deseaba la muerte para él, él joven, no era joven para ella, aquel joven el cual amo, lo odiaba. Algo que eso no iba a cambiar de ella. Entre aquel dolor, una tijera dejo ver su cabello caer para luego agarrar su muñeca con fuerza hacercandola a esta. La joven solo le dio una patada en su intimidad lastimando un poco su brazo, agarro su zapato y su telefono para salir corriendo de ahí, yendo a la casa de su amigo.
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—Gracias, Magma. Realmente necesitaba salir de casa, sabes?—
—Se nota por tu heridas...—Dijo el chico magma agarrando un mechon de la castaña haciendo un leve rulo.—¿Quieres algo de Te, Star?
—Ujum, gracias Magma.
Tras esto en chico de magma, salio de aquel cuarto dejando a la castaña sola esta viendo su telefono intentando calmarse. En aquella calma un mensaje de alguien la ansío, solo lo ignoro. Para que simplemente sean unos tras otros, algo que hacia temblar a la joven del miedo y sobre sus heridas. Ella simplemente apago su telefono, para ir a la cocina junto al chico de magma, el cual no se veía tan despreocupado. Tenia algo de dolor en sus ojos, debido a la repentina luz que le llego, estaba acostumbrada a que en aquella soledad que tenia, no allá ni la misera luz en la noche.
—Y dime Star ¿por qué no le dices a nadie..?
—Uh, eh, bueno, simplemente no siento que eso sea asunto de otros, máximo te pido quemarme en tu casa, pero no me gustaría que te involucradas.
—Si tu dices. Aquí te dejo tu te ¿si?
—Si, gracias Magma.
Una leve sonrisa dio la castaña ante una leve tranquilidad para sentarse afuera en aquel balcón del joven. Junto a este. Ambos charlaban, en aquel intento de traer calma a aquella situación, algo que aunque no debía hacer. La joven lo deseaba. Tras acabar el té. La más baja miro las estrellas suspirando en un leve temblor. El silencio entre ambos era tranquilo, trayendo algo de calma que ambos buscaban en sus manos. Sus ojos brillaron tras ver aquellas solas estrellas, pero esta vez, la luna las acompañaba. Protegiendolas con aquella dulce luz que daba, algo que para la castaña era tan tranquilo, para el joven era simplemente algo sin sentido.
La mirada del chico se ilumino mirando a una estrella en especifico una que brillaban con gran intensidad apagándose y prendiendo.
—Star, ¡una estrella fugaz!
—¡Oh! ¡logre pedir algo!
—¿Que cosa, eh?—Dijo el muchacho de Magma en una leve sonrisa.—¿Algo especial?
—Si lo digo, no se cumplirá, Magma.
—Uh, aun así, será un secreto ¿ok?
—Bueno, desee que nunca me dejes de ser mi mejor amigo, Magma.
Ambos jóvenes cruzando miradas con leves sonrisas y algo de tranquilidad, al final la confianza en que se iban a proteger mutuamente crecía.
—Tal vez, eso se pueda...—Dijo el chico de magma.—Siempre estaré para ti, al final del día se hace de noche y sigues siendo mi persona favorita Star.
Entre tantas estrellas que solo iluminaban aquel cielo apoyando a la luz de la luna, ambos rozandose en un abrazando en busca de la protección del otro. Siendo ellos solos en aquella confianza del cariño.
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