Capítulo 3

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Mayordomo Julián

Mayordomo Julián

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Carlos Gómez

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Lo último que necesitaba era tener a mi padre desayunando conmigo. Nunca me acompañaba en la mesa pero estaba tan enfrascado en encontrarme pretendienta que buscaba cualquier excusa para plantarme un listado de nombres en las narices.

Tenía un montón de expedientes delante al que no le hice ningún caso mientras tomaba mi café solo. Mi padre ojeaba los papeles de dos en dos comparando las posibilidades.

—¿Tienes alguna preferencia? —preguntó mientras descartaba un par de opciones.

—Que respire, opcional. —Me llevé la taza a los labios recibiendo una mirada asesina por parte de él.

—Tienes que tomarte esto en serio, Dailo.

—Lo digo en serio. ¿Cómo voy a tener exigencias si ni siquiera sé lo que quiero? Además, si es solo un matrimonio por conveniencia ¿qué más da cómo sea?

—Sería adecuado que tu futura esposa sea alguien que pueda gustarte.

Iba a contestar cuando la puerta principal se abrió. Acabé escupiendo el café y casi se me salen los ojos de la cara al ver al chico que trajimos ayer entrando al comedor como si de su propia casa se tratara. Entró bostezando y se dejó caer en una de las sillas de la mesa junto a nosotros.

—Buenos días —murmuró recibiendo nuestras miradas de desconcierto—. Espero que no te importe que haya tomado una de tus camisas prestadas. No tenía pijama, estaba por ahí tirada y parecía bastante cómoda.

Tomó una tostada del centro de mesa y le untó mermelada.

Mi padre me miró esperando explicaciones y yo miré de inmediato a Julián, vi su cabellera rubia ocultándose detrás de la puerta de la cocina, escondiéndose como el cobarde que era.

Un corazón oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora