¡Buenas! Aquí la autora.
Solo quería hacer un pequeño inciso para agradecer a todos los que habéis decidido leer esta novela y le habéis brindado apoyo.
Muchas gracias, realmente saber que les gusta me motiva a seguir escribiendo 🫀💫
Que sepan que sus comentarios son más que bien recibidos, me gusta saber que opináis de cada capítulo y si alguien tiene alguna recomendación para mejorar también son aceptadas.
Sin nada más que añadir les dejo con mis chicos 🫧✨ʕっ•ᴥ•ʔっ
⟩𝓨𝓸𝓲 𝓔𝓪𝓼𝓽𝓸𝓷⟨
Esto es un muermo. Llevo dos horas completas escuchando al mayordomo relatar una interminable lista de normas y quehaceres. Me duelen los pies de recorrer el edificio. Es enorme, una torre de 20 pisos de altura. ¡Y Julián me ha hecho pasar por todos ellos!
Estoy empezando a agarrar un odio profundo hacia Dailo “No me toques las narices” Vasilakis. No tuvo mejor idea que encasquetarme el trabajo de su ayudante/mayordomo/secretario. Debería de ser ilegal acaparar tantos puestos de trabajo al mismo tiempo, esto es prácticamente sobreexplotación laboral. Normal que Julián exigiera unas vacaciones.
—Los Vasilakis son una familia exigente, pero con el tiempo se acostumbrará a trabajar con ellos —siguió comentándome Julián, como si estuviera leyendo un discurso preparado a la perfección previamente.
Resoplé agotado. No me he quedado con nada de lo que me dijo. Apenas presto atención en clase, ¿cómo quieren que lo haga aquí?
Espero poder saldar mi deuda pronto para poder librarme de todo esto y volver a mi estilo de vida previo a don cascarrabias. Echo de menos beber cerveza y ver telenovelas hasta las tantas. Era feliz.
—Este es el despacho del señorito Dailo —nos detuvimos ante una puerta de acero.
Los cristales estaban tintados de negro por lo que no se podía ver nada del interior. Se ve que es un tipo discreto que aprecia su privacidad. Irónico, teniendo en cuenta que el edificio de su familia se ve desde el otro lado de la ciudad y la palabra “discreto” no es precisamente lo primero que se te viene a la cabeza al verlo.
Cuando me dijeron que me llevarían a la sede de los Vasilakis, me esperaba encontrarme con un búnker bajo tierra a prueba de catástrofes naturales. Algo alejado de la ciudad, que nadie fuera capaz de encontrar. Seguramente cuando me secuestraron la primera vez me llevaron a algún lugar así. Sigo sin saber dónde estaba porque Dailo exigió que se me vendaran los ojos al devolverme a mi casa.
¿Pero esto? A esto solo le faltaba ponerle un cartel luminoso gigante que dijera “aquí hay gente rica y mafiosa”.
—Y ese es tu escrito —Julián me señaló una pequeña mesa.
Y cuando digo pequeña, es pequeña. Apenas cabía el ordenador, al cual le faltaban algunas teclas. La J y la K, para ser exactos. Julián ya había recogido sus cosas, pero ni aún así había espacio para nada más.
—¿Es una broma? —lo miré esperando que rectificara y me guiara a mí escritorio de verdad.
Julián simplemente se encogió de hombros.
—No soy el favorito del señor Vasilakis —respondió tranquilamente—, pero quizás usted pueda conseguir que haga algunos cambios aquí.
Me guiñó un ojo, aunque no logré identificar a qué se refería. Dailo seguramente también me odia, lo más probable es que el único cambio que logre hacer que haga es remplazar esa chatarra destartalada por otra en peor estado. Aunque estoy seguro de que hasta una piedra funcionaría muchísimo mejor que ese ordenador viejo.
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Un corazón oscuro
RomanceYoi Easton es un estudiante universitario con un carácter difícil de manejar y una mala reputación. Dailo Vasilakis es un capo de la mafia peligroso, agresivo, serio y frío con todos... Excepto con el joven estudiante universitario que le ha robado...