Capitulo uno.

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Belly

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Belly

Mi familia ha ido a la casa de playa de Susannah en Cousins cada verano desde que tengo memoria. Incluso antes de que yo naciera, esta casa ya era nuestro refugio de verano. Es mi lugar favorito en el mundo, donde todo lo bueno parece suceder entre junio y agosto.

Durante el resto del año, cuento los días hasta que llega el momento de volver. Cousins tiene algo especial, una magia que no he encontrado en ningún otro lugar. Los padres vienen de visita, pero no se quedan. No encajan, no pertenecen a este pequeño universo que hemos construido aquí, no como nosotros. Las madres, los chicos y nosotras somos los que realmente formamos parte de la casa.

La casa de verano es más que solo una estructura; es el sol golpeando la arena caliente, las noches infinitas en la piscina, las películas con las madres en el salón, y sobre todo, los chicos. Bueno, más bien, uno de ellos. Cada verano es lo mismo, y eso es lo que más me gusta. La previsibilidad, el hecho de que por unos meses todo en mi vida parece detenerse y girar en torno a este pequeño paraíso.

Al mirar una foto enmarcada en la pared, una de mis favoritas, me detuve un momento para sonreír. Los seis, riendo bajo el sol, rostros brillantes y despreocupados. Éramos una pequeña familia, con un lazo invisible que solo entendíamos nosotros.

—Drew está molesto porque no vas a ir al juego de los chicos el fin de semana —dijo Taylor desde mi cama, interrumpiendo mis pensamientos.

Giré para mirarla, intentando prestar atención. —Recuerda decirle a Sofi que prepare al equipo.

Taylor, con su típico aire despreocupado, se rió mientras se tumbaba sobre las almohadas. —Drew Martínez me está preguntando por ti y tú me hablas de voleibol. Es un chiste.

—A él no le importa si estoy o no. Solo quiere una excusa para textearte —respondí, intentando ocultar la sonrisa que se me escapaba.

—Aja, claro —dijo, con una ceja levantada y una sonrisa juguetona en sus labios.

—Oye, tomate el juego contra los chicos en serio. El orgullo del equipo está en juego —insistí, levantando las cejas para hacerle entender lo importante que era.

Taylor se rió de nuevo, sacudiendo la cabeza. —Por favor, me conoces demasiado bien. Sabes que no dejaría que un chico me gane en nada.

Eso era cierto. Taylor nunca se dejaba vencer, y eso era parte de lo que la hacía tan... Taylor.

—Pensé que vendrías a ayudarme a empacar —dije, dándole una mirada acusadora mientras sostenía un traje de baño en la mano.

Ella se encogió de hombros. —Bien, te ayudaré. Pero, un consejo, no lleves ese vestido.

—¿Qué tiene de malo? —miré el traje de baño entre mis manos, algo insegura.

—No te ayuda en nada con tus bubbies. Solo digo que necesitas empacar cosas lindas.

S͙c͙a͙r͙s͙ - T͙h͙e͙ S͙u͙m͙m͙e͙r͙ i͙ t͙u͙r͙n͙e͙d͙ p͙r͙e͙t͙t͙y͙- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora