Luego de años de haber partido, JungKook regresa a la manada que lo vio crecer, topándose con TaeHyung, su novio de juventud, quien ya no está solo en lo absoluto.
"¿Quién es él?"
"Solo vete JungKook, estoy acostumbrado a tu ausencia"
«Cuando un c...
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—JungKook.
El pelinegro volteó y vio a su amigo dejar la valija sobre la cama. Debían terminar de empacar.
Habían pasado algunos días desde que les dio la noticia de su partida. Las cosas no habían ido mejor desde entonces. TaeHyung y SooBin lo abrigaban con su cariño, pero en sus miradas seguían con la decepción de dejarlo ir.
Podía percibir el miedo, la nostalgia, la angustia e incluso el coraje en sus ojos. Incluso si en esos días no se habían separado, seguían sintiéndose lejanos.
La realidad golpeaba y corría demasiado rápido para su gusto. Era hora de guardar todo y volver a Toronto.
—¿JungKook?
—Perdón, estaba distraído. —suspiró. —¿Llegó Hoseok?
—Sí, pero sigue extraño.
—¿Quién sigue extraño?
El alfa entró por la puerta de la habitación y dejó dos cajas sobre la cómoda.
—Tú. —contestó YoonGi. —¿Seguro que estás bien?
Mientras JungKook estaba acaparando todo el tiempo posible con su familia. YoonGi y Hoseok tuvieron la maravillosa idea e invitación por parte de SeokJin a emborracharse. No supo de ellos en dos días, hasta que los vio regresar con resaca. Luego de eso, Hoseok se mostraba diferente, en su mundo, demasiado callado para ser él mismo.
—Estoy bien. —contestó. —Solo estoy un poco preocupado, nunca había estado tanto tiempo solo, y sé que ustedes en realidad no volverán conmigo. No los culpo, encontraron su espacio y su propia familia, pero... saben como soy.
Dio media vuelta y salió del cuarto.
YoonGi y JungKook sintieron su corazón presionarse. Lo entendían. En todo el tiempo que llevaban conociéndose, habían formado una familia juntos. Hoseok a pesar de ser primo de YoonGi, sus vidas no fueron iguales. El alfa había perdido a sus padres cuando solo era un cachorro. Su abuela lo crió, la mujer vivió lo suficiente para ver a sus dos nietos graduados y realizados, luego falleció y con ello la única figura materna que Hoseok había conocido.
La única familia que tenía eran esos dos alfas, los cuales ahora también se alejaban.
—Hobi. —Jungkook lo abrazó por la espalda. —No quiero que te sientas así, cariño.
Hoseok resopló.
—Si dices eso será más difícil para mí.
—Hope, no tienes que preocuparte, sabes que siempre estaremos contigo, además, aún no hemos tomado una decisión. —dijo. —Tomemos una situación a la vez, ahora tenemos que regresar y luego lo resolveremos.
