siguiendo al diablo

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Después de un mes por fin había comenzado las clases en esta horrible ciudad, simplemente era insoportable no importara adónde vaya siempre estaba vigilada, tanto en la escuela como fuera de ella, los secuaces de Eris me seguían a todo lado, lo peor no tenía ni un solo amigo.

Esto debido a mis supuesto guardaespaldas, siempre que alguien se me acercaba era repelido de forma inmediata por uno de ellos, algunos aveces se acercaban solo para asegurarse que estaba bien. <Estaría bien si me dejan de seguir>, era lo que siempre les quería decir obvio nunca lo hacía, en cambio un "si" era lo que salía de mis labios.

Aún que era horrible tener que ir a la secundaria de esta forma también era un poco reconfortante, ya que según Anubis en esa secundaria se encontraban varios miembros de las demás pandillas, claro pensé que solo estaba exagerando, entendía que fueran enemigos pero el hecho de que estén en la secundaria era ridículo, aún así lo peor no eran los secuaces si no Eris.

Siempre sin falta Eris me iba a ver al final del día, solo para llevarme a su guarida y tenerme ahí por horas!, claro no era tan malo aveces me daba comida y algo para beber, pero la mayoría del tiempo estaba sentada en su regazo mientras ella me acariciaba.

Yo no podía hacer nada, siempre que intentaba pasear por la lugar Eris activaba el collar para evitar que me alejara, claro luego del horrible dolor que el collar provocaba en mi, no me podía mover.

Luego de horas me llevaba a mi casa donde me dejaba en la cama. Algunos dirían que es amable pero solo es un monstruo, no podía hacer nada, si hablaba cuando ella estaba ocupada activaba el collar, claro aveces solo era una pequeña sensación de electricidad lo que sentía, pero la mayoría de la aveces me electrocutaba tanto que apenas y podía oir o moverme.

Siempre que lo hacía sonreía, para mí no era más que un mounstro, luego ponía una cara de que algo le pasaba o de sufrimiento y como siempre yo empezaba a comportar me como un perro para que sonría.

No negare que su sonrisa es hermosa, pero ya estaba harta, un mes he tenido que soportar esa horrible rutina. Por suerte este día logré perder a algunos de los que me saben seguir.

No fue nada facil tuve que ir por muchos callejones y cambiarme de ropa como cinco veces, pero por fin podía ir tranquila a la secundaria, el camino siempre era largo, pero está vez lo sentía especial y relajante.

Por primera vez tenía un poco de libertad, cuando pase por la puerta me asegure de que ninguno de ellos me estuviera siguiendo, entre rápido y corrí por los pasillos de la secundaria hasta llegar a mi salón o bueno a mi nuevo salón, logré que cambiarán de salón sin que ellos se den cuenta.

Era divertido y reconfortante ver nuevas caras, algunos ya me conocían después de todo fueron amenzados por mis supuestos "guardaespaldas" aproveche para disculparme con todos ellos, logrando de esa forma tener mis primeros amigos en todo un mes.

Apenas me senté una chica ya se me acerco, no puedo negar que era hermosa, su piel era blanca igual que la nieve sus ojos eran rojos y su cabello era de un castaño oscuro, una combinación que no era muy fácil de encontrar. Su apariencia me recordó a los personajes raros de los videojuegos.

Hey tu eres la chica de los rumores verdad?. -pregunto apoyando sus manos en mi escritorio.-

Eh. -desvie la mirada de la de ella- creo que sí -subi los hombres y le sonreí de forma tímida.-

Enserio?, entonces como fue?

Cómo fue que?.

Ya sabes cómo conquistas te el corazón de Eris la bruja.

Eh!? -me incline hacia atrás intentando alejarme de la chica.- yo no... -fui interrumpida por la llegada del maestro-

Al parecer había un rumor relacionado con el hecho de que Eris siempre me iba a ver a la hora de la salida, cuando el profesor se fue, todos los de la clase se colocaron alrededor mío.

los huesos rotos del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora