La tentación conduce al error

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No entendía lo que pasaba, cuando Eris se fue pareciar estar molesta. Al paso de varios minutos ella volvió pero ahora eran dos? <El hambre me hace alucinar> Solté una risita <Tal vez me volví loca de tanto voltaje en mi cuerpo>

Cuando una de las Eris empezó a quitarle la cara a la otra me sentí mareada, estaba apunto de vomitar, por suerte antes de que pudiera hacerlo, note que solo era una máscara.

Detras de la máscara estaba un chico de cabello negro y verde, sus pupilas parecían más de un gato <¿Porque todos se ven tan raros?>

Un gusto pequeña mascota -con una sonrisa de oreja a oreja; Su diente de oro era muy resplandeciente!-

Un gusto pequeña mascota. -sonrio mostrando sus dientes uno era de oro y brillaba-

El se especializa en los disfraces y en engañar a la gente. -Eris fruncí el seño, para voltear a ver a Loki enojada.- este idiota fue el que te electrocuto antes. -Eris empezó a jalar a Loki de la oreja fue algo gracioso.-

Jefa eso duele. -Loki intentaba liberar su oreja de la mano de Eris.-

Luego de esa pequeña presentación, Loki se explico diciendo que alguien más se lo ordeno, aún no sabía quién era ya que, la orden le fue entregada mediante una paloma mensajera junto al control del collar.

El hecho de ver el control en la mano de Loki, me dió escalofríos. <Ahora que lo pienso Eris no lo usa mucho>, Eris parecía muy enojada por el hecho de que Loki se hubiera hecho pasar por ella.

Lo que llevo a que Loki fuera castigado, es difícil describir su castigo, pero fue chistoso al parecer Loki odiaba tener que disfrazarse de payaso.

Claro esto fue aprovechado por Eris y lo obligó a llevar ese disfraz por todo un mes.

Ahora que ese problema fue resultó. -Eris me volvió a colocar en su regazo.- vamos a darte de comer. -del cajón de su escritorio saco una bolsa de papas fritas.- abre grande pequeña.

-Abri la boca para recibir la papa frita.- g-gravias. -apenas hablar con la boca llena-

Aún que odiaba tener que actuar como una mascota, aveces era relajante, claro eso solo pasaba cuando me daba de comer lo cual no era muy seguido.

La mayor parte de los días, siempre me hacia comer en una mesa aparte pero al lado de la suya, la comida siempre era deliciosa. Pero claro eso fue hasta que Eris empezó a poner croquetas de perro en mi comida.

Intentaba quitar las aveces funcionaba y otras veces, lo de siempre el collar. Cuando se acabo la funda de papas, Eris parecía esperar algo. Por alguna razón a Eris le gustaba que ladre después de comer.

Por supuesto que lo hice, no quería recibir más descargas eléctricas. Parecía que todo volvía a la normalidad yo siendo tratada como un perro mientras Eris trabajaba.

Claro la rutina era está, al final no podía hacer nada para cambiar la.

Pequeña como te fue en tu nuevo salón?.

B-bien ama. -lo dije de forma monótona.-

No pasa nada interesante?, como preguntas sobre mi.? -eris dejo los documentos de lado para empezar a acariciar mi estómago.-

Si. -empeze a morder mi labio intentando reprimir mis gemidos.- muchos pensaron que yo la había conquistado.

Eso es interesante. -Eris metió la mano debajo de mi falda- y tú qué respondiste. -hizo presión sobre el tatuaje que me habían hecho.-

Aahh, q-que es...mentira. -la presión sobre mi vientre era demasiada para mi- hiiiiiiii!!!. -grite entre dientes al sentir la mano de Eris ir más abajo. Ama d-detenga...se -intente apartar la mano de Eris pero me fue imposible.-

Nada de eso, ya sabes que las mascotas malas son castigadas y tú mereces un castigo. -la voz de Eris era un susurro en mi oreja.- o prefieres que active el collar. -eris mordió mi oreja haciendo gritar otra vez-

N-no C-Collar no. -apenas podía formular mis palabras-

Esto era nuevo, aún que era menos doloroso que el collar la sensación de humillación era la misma, aún que seguía con mis bragas la mano de Eris no dejaba de moverse.

Parecía estar masajeando me, era la primera vez que sentia algo así, mientras su mano seguía moviendo se en mis bragas su otra mano evitaba que me moviera.

En ese momento era un objeto, aún que intentará cerrar mis piernas Eris lo evitaba usan las suyas, sus dientes en mi oreja me hacían temblar, cada jadeo que salía de mi boca, era seguido por un gemido.

Cuando sentí que algo estaba por explotar dentro de mi Eris se detuvo por completo, solo me miraba, no entendía que quería, pero realmente quería más, las dedos asperos y a la vez suavez de eris eran como una droga.

Simplemente no podía tener suficiente, talvez por eso nunca me queje sobre sus caricias en su estómago. Al parecer tenía la lengua afuera, ya que Eris empezó a reír un poco siempre lo hacía cuando estaba de esa forma.

Poco a poco la mano de Eris fue alejándose de mis bragas, de repente me estaba ahogando los dedos de Eris estaba en mi boca podía sentir algo un líquido no podía decir que era pero al parecer era mío.

Sus dedos seguian mi boca pero ya no eran bruscas solo estaba ahí, sin moverse. Lentamente cerré los ojos y empeze a lamer y succionar el líquido que había en los dedos, no sabía describir el sabor pero me gustó.

Después de que Eris sacará sus dedos de mi boca, su sonrisa seguía ahí, aquella sonrisa me daba la sensación de que cada vez perdia un poco más de mi humanidad.

Por alguna razón en ese momento los labios de Eris parecían ser más brillantes, mis ojos seguían postrados en sus labios, eran rojos y brillantes parecían un dulce caramelo.

Sabia que si lo intentaba acabaría mal para mí, pero quería saber si sabor y la sensación pensar en eso solo me llevaba a cuestionarme si sucumbir a la tentación valía el castigo.

Antes de darme cuenta estaba lamiendo los labios de Eris junto a todo su rostro, ella solo reía y me decía que pare. Por suerte para Eris todo lo que hacía el comportamiento de un simple perro.

Me detuve luego de lamer un par de veces más sus labios, por suerte no parecía enojada, solo se limpio la cara y me regaño un poco.

Esa fue la primera vez que no activo el collar luego de que yo haya hecho algo, sentí un poco más de alivio.

Luego de eso las horas pasaron iguales que siempre yo siendo acariciado y Eris trabajando. Realmente si quería hacer algo más, talvez pasear pero lo tenía prohibido.

Si alguien me viera en este estado seguro diría, "rebelate un poco no seas tan obediente" pero lo que esa gente no sabe es el miedo que tengo.

Antes de que entrara a clases, Eris logro convencer a mis padres para que me dejarán dormir en su casa. En ese momento pensé que no sería tan malo, pero estuve equivocada.

Durante mi estadía en la casa de Eris descubri dos cosas una Eris es una sádica y dos el que hecho de yo ser humillada por ella le causa placer.

El por qué lo digo es simplemente, tan solo el primer día en esa casa fue un infierno Eris me obligó a andar por la casa como un perro, cuando no le gustaba algo se desquitaba conmigo.

Me hizo un piercing en el ombligo a la fuerza, simplemente fue horrible desde ese día mi miedo y odio hacia Eris comenzó a crecer.

Yo solo estoy esperando el día en el que pueda ser libre y escapar de las garras de Eris.

los huesos rotos del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora