—¡Te juro que si sigues corriendo como loco no vas a tomar tú biberón!—tengo miedo a que se vaya a caer mi sobrino, mis amigas no es que cooperen mucho en cuidarlo, por suerte lo traje en su cochecito.
—Déjalo ser feliz, es un niño—habla Samara
—Si se hace daño es culpa mía—suspiro y lo cargo para dejarlo en su cochecito. Amara me alcanza el biberón y se lo doy para que se lo tome.—Chicas, voy a dejarles al niño aquí, vengo en unos minutos.
—Si claro, nosotras lo cuidamos ¿verdad peque?—se ríe Angelina y gira el cochecito frente a ella, para tenerlo bajo su mirada. Les lanzo una mirada llena de amor y camino por el parque.
Comienzo a dar vueltas por el amplio lugar lleno de aves, arbustos y árboles que mueven sus ojos, la brisa mueve mi cabello rojizo y siento un mal presentimiento, como si alguien me estuviera persiguiendo, miro por encima de mi hombres y veo la silueta de un hombre alto, con el cabello rubio acercarse a mí. Trato de ignorarlo y seguir caminando para poder despejar un poco la mente.
La cabeza me da vueltas, han pasado tantas cosas que Axel que ya no sé si tengo las ganas de verlo y decirle que lo amo, que yo nunca lo pude olvidar.
—Clarissa—escucho que me llaman, esa voz me es muy familiar pero no logro saber quien es.
Me giro para encontrarlo a él, con un ramo de rosas rojas, mis favoritas.
¿Volvió?
Mi cuerpo se queda inmóvil y veo como corre hacia mí.
—¿Axel?—pregunto en un mar de lágrimas.—¿Eres tú?
No me contesta y me abraza.
Extrañaba sus abrazos. ¡No, no no! Me alejo al segundo.
—Rojita—susurra alcanzadome las flores.
Quiero ignorarlo, pero no puedo, mi corazón no quiere que me olvide de él, pero mi mente si. Quiero olvidar lo vivido, los recuerdos que tengo de él trepando árboles y pescando en el río del pueblo. Las cartas que me escribía en todos mis cumpleaños.
Todo eso se fue a la mierda el dia que me dejó sola, si, sola, lleno de miedos e inseguridades, no le importó el sin fin de veces que lloré en los brazos de mi hermano porque me sentía menos, sentía que ya no me quería, que ya no era lo suficiente para él.
Sus ojos se cruzan con los míos. Miro las rosas y las tomo para luego tirarlas al suelo.
—¿Por qué las tiras?—pregunta y noto el brillo en sus ojos.
—Son bonitas, pero para mí están marchitas.
—¿Marchitas?
—Si, esas rosas son como yo, por afuera aparentan ser lindas, amables y serviciales, pero por dentro lloran, sufren y se hacen daño por haber sido arrancadas de su hogar, porque alguien sin corazón decidió arrancarlas de su jardín.—las lágrimas salen de mis ojos y las limpio enseguida, no quiero demostrar debilidad ante él.
—Esa rosa eres tú, una rosa marchitada.
Trata de volver a abrazarme y doy un paso hacia atrás.
Camino hacia donde están mis amigas con mi sobrino y no me deja, sino me sigue, no me deja en paz.
—¿Qué pasó?—preguntan al unísono.
—Me voy de aquí
—¿¡Qué pasó!?—insisten
—Miren hacia atrás—las tres miran hacia mis espaldas, abren la boca y se miran entre sí para luego hecharme una mirada a mí.
—¿Es él?—interroga Sam, me limito a asentir.
—Rojita, mírame—toma mi mano y me hace girar hacia él, quedando frente a frente, es mucho más alto desde la última vez que lo vi, incluso se ve más sexy.
—Vete del pueblo, de país, olvídate que existo.
—No me voy a ir hasta que no me perdones y hablemos.
—Pues ve haciéndote la idea que vas a vivir aquí por el resto de tus días.
✨
—No lo puedo perdonar, no puedo—murmuro para mí misma. Levanto la vista y me miro en el espejo. Tengo los ojos rojos por tanto llorar, ya no aguanto la idea de tener al amor de mi vida en el pueblo.
Siento un dolor en el pecho, quiero decirle que lo amo, que nunca lo olvidé.
—Princesa—farfulla una voz del otro lado de la puerta. Sé quién es, es él.
—Entra.
Limpio mis lágrimas y me reacomodo en la cama. Nada más que me ve me abraza, sabe que me estoy destruyendo.
—Adan, yo...—trato de hablar pero no puedo.
—No lo digas, sé lo que tienes atorado en el pecho.
—Ya el pueblo sabe que volvió—murmuro
—Sí, es de lo único que se habla. Se dice que está viviendo en la misma casa y que sus padres regrasan mañana.
—¿De dónde?—pregunto
—Nadie sabe.
—O eso quieren hacer creer.
Me alejo de él tomando asiento en el escritorio de mi habitación, abro uno de los cajones y busco unas cartas.
—¿Qué buscas?—indaga con el seño fruncido
—Unas cartas....las cartas que nunca envié.
Suspira y sigo buscando. Las encuentro debajo de unos documentos de la escuela. Son más de media docena de cartas, una por cada mes.
Las tiro todas encima de la cama.
—Puedes leerlas.
—Se que esta carta nunca la vas a leer, no porque no quieras, sino porque no te voy a dar la oportunidad de hacerlo Axel. Te extraño, si, lo hago día y noche, pero no me puede permitir perdonarte. Desde el día que te fuiste de este mísero pueblo he llorado todas las noches. No te entiendo ¿por qué te fuiste? ¿fue mi culpa?—lee en voz alta, no me importa que lea lo que siento por Axel—. Ni una sola llamada he recibido desde hace seis meses, ni una sola. Ojalá algún día te des cuenta que yo si te amo, de verdad, eres y serás el amor de mi infancia, no solo el de mi infancia, el de mí juventud, el de mi vejez y el de mi vida. Eso eres, un amor que nunca voy a sacar de mi cabeza así pasen siglos, así yo me convierta en polvo. Te extraño, ya lo dije, pero no me importa. Un beso, te amo...
—Y así hay miles—
No me deja terminar de hablar, ya que me abraza como si su vida dependiera de eso.
—Princesa...te puede sonar raro esto que te voy a decir, pero Axel te ama, puede que hasta más que yo.
No lo creo, Adan Warrer diciendo eso. Le hecho un ojo a sus tatuajes.
—Este es tuyo—Señala una flor que tiene en la muñeca—El día lo que dibujaste me lo tatué.
—Gracias, odioso.
—De nada, princesa mía.
Lo abrazo y me envuelvo en su pecho.
—Adan
—Mmm
—¿Mañana quieres acompañarme a hacer la matrícula en la universidad?—pregunto con una sonrisa.
—Si, claro, ¿qué vas a estudiar?
—Medicina
—Pues adelante, princesa.
💕
Hola hola caracola, ¿cómo están?, espero que todo esté bien.
Aquí les dejo otro capítulo más lleno de amor, ya tenemos a Axel en el elenco de nuestra querida protagonista, Clarissa.
Las cartas de Clarissa hacia Axel son llenas de verdaderos sentimientos.
Cambio y fuera.
Muak 💋
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No somos perfectos [SIN EDITAR]
RomanceAxel y Clarissa, dos jóvenes que son vecinos desde hace mucho tiempo. Las vidas de los dos dan un giro inesperado cuando por motivos, Axel y su familia tienen que salir del pueblo en busca de nuevas oportunidades. Clarissa se queda sola, sin nadie...