Cortadedos...y el dinero de Conway

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Cap. 8-

Narra Gustabo

Ni yo sabía cómo había conseguido escapar de la cárcel que era el piso del comisario, pero había conseguido salir de allí y salir corriendo justo a tiempo para parar a un coche y robarlo. Todo eso sin que se enterase nadie, sólo el conductor del coche en el que iba ahora mismo. Pero le tiré algunas monedas antes de marcharme, ante todo la educación.

Ya casi era la hora planeada y ya estaba llegando al lugar. Aceleré un poco más y me metí por los mismos lugares que utilizo siempre; los callejones, básicamente.

Un rato más tarde llegué al lugar un minuto antes que ellos, me bajé del coche y me acerqué a ellos, hicieron lo mismo. Eran dos, como dijeron, pero aún existía la posibilidad de un tercero no deseado de tirador. Se hacían llamar "Los Z. Cortadedos", o eso había escuchado por algún lugar al basarme en sus vestimentas.

-Veo que has hecho tu parte del trato. Muy bien- habló uno, haciendo un gesto leve de aplausos, era entre bromista y serio. No comenté ante eso-

-Sí. Qué necesitáis?- respondí seco-

-Qué seco...- murmuró gracioso el segundo, que estaba cruzado de brazos-

-Qué puedes hacer por nosotros?- devolvió la pregunta-

-Lo que sea; vender, comprar, vigilar, matar...- enumeré-

-...- se lo pensó un poco mientras me inspeccionaba con la mirada descaradamente-

El otro simplemente se quedó callado mirando a su compañero. Volvió la vista hacia mí y sonrió.

-También cobras por noche, guapo?- bromeó con un ápice de seriedad en sus palabras-

La pregunta me asqueó aún siendo una broma. Le miré frío e hice una mueca de asco y desaprobación.

-Mmm...Ja. No te dejaría ni tocarme con un palo, ni siquiera lo pienses- sonreí con diversión- Entonces,- volví mi mirada al otro- Puedo ayudar en algo?- le volví a preguntar, quería llegar al piso del ruso; en cualquier momento a Horacio se le ocurriría la maravillosa idea de querer visitarme en medio de la noche por una pesadilla-

-Creemos...- miró a su compañero, quien no prestaba atención y se miraba las uñas- Creo que sí, pero...realmente tú puedes hacer todo eso?... Digo, no tienes el "físico ideal" para ese tipo de cosas- se rascó la nuca después de hacer comillas-

-Puedo hacer eso y más...- el segundo no me dejó terminar-

-Sí sí, no dudo en que puedas hacer más...seguro que eres buenísimo en eso y en todo- bromeó con total confianza que yo ni siquiera había permitido-

El primero le pegó un puñetazo y me aguanté la risa, pero me permití sonreír con gracia.

-Pero te puedes callar ya?!- regañó con enfado-

-Ah! Vale vale, ya paro!- dijo entre risas de diversión-

-Chico, ten mi número y danos el tuyo, hablaré con mi banda y ya te diremos algo. Te parece?- se acercó y me extendió un papel con un número de teléfono, asentí y lo cogí-

Les dicté mi nuevo número de teléfono y cada uno se fué por su camino. Por un instante agradecí al viejo de mierda el haberme dado un móvil nuevo, si no, no sabría qué hacer.

...

Unas semanas después, exactamente dos y media, Horacio y yo ya estábamos adaptados a las rutinas, la comisaría, el viejo y el ruso cabeza de hormiga. Sinceramente, cada vez me gustaba más ser policía; de vez en cuando era algo divertido estar allí, sobre todo los códigos y los tiroteos. Éramos alumnos, sí, alumnos del CNP, aún vivíamos en los pisos del comisario y el viejo verde, osea Conway, pero estaba 100% seguro que conseguiría el dinero para poder comprarme un casoplón para vivir junto a mi hermano, solo debía ahorrar, algo difícil con Horacio en medio; adora las compras...

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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