"A media noche despertaba, desesperada, sudorosa y agitada, siendo esto un recordadorio de las horribles pesadillas que le ocurrían constantemente."
A pesar de las cicatrices que adornaban su alma, se levantó con una fuerza indomable, decidida a dem...
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El sol se oculto, dando paso a la gran luna, aquella noche era fría, una llovizna se avecinaba, la neblina espesa cubría todo el condado de Mystic falls.
Una madre y su hija se encontraban sentadas en la cama de la pequeña, como todas las noches, conversando temas triviales.
- Mamá, ¿prometes que mañana me contarás aquella historia del Lobo y la Bruja?. - hablo la pequeña de nueve años, mirando a su madre, la cual la miraba con una sonrisa.
- Lo prometo, te la contaré las veces que desees. - hablo Davina, acariciando los cabellos castaños rebeldes de la pequeña. Mientras daba un beso a sus dos dedos juntos lo cual la pequeña imitó, sellando aquella promesa.
- Ahora acuéstate, ya es tarde, tu padre debe estar con tu hermano. -hablo la mujer castaña mientras abría las frazadas de la cama para que su hija se introdujera en ellas, para luego taparla.
- Que duermas bien. -hablo la pequeña, mientras sostenía un peluche cerca de su cuerpo, mientras su madre le daba un beso en la frente y empezaba a tomar rumbo hacia la puerta, apagando la luz.
- Dulces sueños, cariño.- . -respondio, para luego cerrar la puerta de la habitación.
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La media noche llegó, la lluvia azotaba su ventana el frío se colaba, se encontraba somnolienta, intento quedarse dormida pero el sonido de la lluvia no ayudaba, rato después el sueño la consumió.
Gritos, pisadas, gruñidos, fue lo que logro escuchar, mientras sus ojos se abrían pesadamente, y recuperaba sus sentidos, su habitación se veía iluminada, una especie de luz alumbraba su ventana desde afuera.
- ¿Papá?... Mamá - intento llamarloz, mientras se incorporaba en su cama, lo único que escuchaba era bullicio de la planta baja, gritos, lo cual la asustó.
Su cuarto fue abierto rápidamente, con desesperación, su madre entro, yendo directamente hacia ella, su rostro tenía leves brotes de sangre, y una herida en el brazo lo cual la alarmó.
- Levántate, tenemos que irnos.- . - hablo su madre rápidamente, mientras sacaba a su hija de las mantas de la cama.
Todo era un caos, se escuchaban vidrios quebrarse, gritos y maldiciónes.
- ¿Mamá que está pasando?- hablo sin entender mientras dejaba que su madre la sacará de la cama.
- Hombres vinieron a la casa, tu padre está luchando con ellos.- hablo rápidamente la mujer con lágrimas en los ojos, mientras tomaba la mano de su hija la cual nunca soltó su peluche.
La guío de la mano, hacia afuera de la habitación, desde la segunda plata se podía percibir a los hombres, uno de ellos electrocutó a su padre haciendo que este callera retorciéndose de dolor, la boca de este brotaba grandes cantidades de sangre, su padre se veía en muy mal estado.
