"Chapter three"

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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈𝐈:

«Sutil advertencia»

El aire era frío, y la brisa nocturna hacia temblar las ramas del bosque oscuro logrando que se desprendieran hojas de estas

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El aire era frío, y la brisa nocturna hacia temblar las ramas del bosque oscuro logrando que se desprendieran hojas de estas. El suelo era húmedo y rugoso bajo sus pies descalzos, el bosque parecía infinito y solitario, un gran silencio reinaba en ese lugar.

Grandes árboles se extendian hacia lo más alto, las sombras de estos estirándose hacia ella como si quisieran alcanzarla, estaba de pie, sola. El aire olía a madera y metal quemado, ya cada paso que daba resonaba en aquel lugar, las ramas bajos sus pies crujían al ser pisadas, la luna apenas y se filtraba entre las ramas.

Pero la inquietud no se iba, no desaparecia.

No había nadie, pero sentía una intensa mirada clavada en su nuca, como si la acecharan entre las sombras. Cada paso que daba parecía atraer algo, como si fuera una presencia invisible, esperando el momento exacto para intentar atacar, su corazón se aceleró, y un escalofrío recorrió su columna, sus ojos se movían rápidamente, buscando entre los árboles, sombras era lo único que lograba observar.

Sin pensarlo más, sus piernas por si solas empezaron a moverse, corriendo entre los grandes árboles que se situaban en aquel bosque, todo a su alrededor se distorsionaba, ramas y piedras le lastiman los pies. Pero cada paso que daba, atraía más a esa presencia, más fuerte, más cerca, pero cuando miraba por el rabillo del ojos detrás de su hombro, solo veía obscuridad.


𝑃𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜. Era la palabra que resonaba en su mente, clara, y fuerte, como un eco que no se detenía. 𝑃𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜, 𝑃𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜.

El bosque parecía no tener fin. Corría pero ramas y hojas se incrustaban en su cabello, y pequeños rasguños en su rostro aparecían.

Algo detrás de ella resonó en todo el lugar, logrando que hasta los pájaros que se encontraban empezarán a volar desesperadamente, tratando de huir, produciendo un eco retumbante.

𝑃𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜, volvió a surgir la voz en su cabeza. 𝐴𝑔𝑎𝑐ℎ𝑎𝑡𝑒.

Cómo si su cuerpo obdeciera a los constantes llamados de advertencia, en la laguna de su mente, sin perder tiempo se abalanzó hacia adelante, su cuerpo aterrizo en la suavidad de las hojas, puso sus brazos por encima de su cabeza.

Apenas tuvo tiempo de comprender lo que sucedió, cuando algo corto el aire. Levanto la vista lentamente y sus ojos se clavaron en un árbol a pocos metros delante de ella algo se incrustó metros más adelanté. Una flecha con destellos dorados estaba incrustada profundamente en el tronco del árbol.

𝑰𝒏𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐 𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆 - Stiles Stilinski.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora