¿Alguna vez tu vida se ha vuelto tan extraña por culpa de un objeto?
Phoenix Kingsman es una chica que estaba preparada para vivir su último año con sus amigos en Inglaterra, pero todo lo que ella esperaba, todo lo que ella conocía cambiaría solo co...
"No soy de este mundo, soy un espectador entretenido y a veces asqueado. Detesto el género humano, sus falsas apariencias y su grosería"
H. P. Lovecraft
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— ¡Eso es imposible!.
— Muriel.
— ¡No! —respondió tangente y dura, pero su expresión y mirada ocultaba el nudo en su garganta — ella no puede ser, ni siquiera sabía que tendría una nieta. ¡Ni siquiera mi propia hija lo sabe! ¿Y me dices que debe enfrentar la muerte?
— La profecía no dice que morirá.
— ¡Tampoco dice que tendrá éxito! ¡Enfrentará a Zhanid! ¡Por dios! ¡¿Cómo quieres que no crea que prácticamente se irá a suicidar?!
— Porque ella es quien fue elegida, si no tuviera chances de éxito, hubieran seleccionado a alguien con el conocimiento mágico ya establecido y que ya haya nacido.
— Tiene que haber un error. No tendría porque...
— No es algo que se pueda cambiar y lo sabes. El destino ha tomado su decisión, ahora debemos ayudar a qué se cumpla. Ese es nuestro deber.
La adulta negaba lentamente con la cabeza, se negaba a pensar en que alguien en su vida, su propia sangre, estuviera en peligro y que ella tuviera que sin chistar seguir con el protocolo como era asignado, siendo su abuela se esperaba que la preparará para su futuro campo de batalla, pero ¿Cómo ella podría hacer eso sin haberlo intentado todo? ¿De verdad creían que la lanzaría a los lobos sin primero ver si podía ahuyentarlos? No, buscaría la forma, manera, la salida para esto, no dejaría que la magia se interpusiera en el curso de su vida una vez más, tampoco debería que su nieta le sucediera eso, no más.
— Tu mirada no me agrada —suspiro entre sus palabras.
— No permitiré que mi nieta —enfatizó incrédula aún por la noticia — tenga que pasar por esto, no debería ser su deber proteger el mundo en el que ni siquiera es parte todavía, es una carga muy grande para una bebé.
— Lo sé, pero no estará sola, se que jamás la dejarás así que te tendrá a su lado para sobrepasar esto —sus palabras podrían considerarse veneno a las mentiras que utilizaba para que desistiera de lo que tuviera en mente.
— Será solo una niña —murmuró.
— Tendrá 17, estará capacitada.
— ¿Quién lo podría estar?
— La persona a la que preparan toda su vida para esto.
Muriel deja que el silencio hablara por ella, no podría perdonarse si criara a una niña para un fin que no debería corresponderle a tan corta edad, apenas y habrá vivido el 10% de vida a ese punto, ¿Qué clase de abuela sería al permitir esa exposición? Tendría que haber otra manera, siempre la había.
