Cap.4.

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Abrió los ojos y reconoció el aroma a su lado.

El invierno iba a ser increible de nuevo.

-Gema.

La movió.

-Hmm

-Debemos estar temprano en la central.

-Bien.

Ella se dio la vuelta y abrazó a Alex.

-Te volviste a dormir?

Nadie le contestó.

-Morena.

-Hm.

-Vamos debemos levantarnos.

Gema suspiró profundo y se desperezó.

-Buenos días, ministro.

-Buenos días, coronel.

Ella se quitó la sábana de encima y se levantó de la cama.

-Hay cepillos nuevos en el cajón.

Gema asintió mientras bostezaba.

Alex llenó la tina mientras Gema se cepillaba.

Cuando todo estuvo listo se metieron a bañar.

Alex pasó el jabon lentamente por el cuerpo moreno.

Él no podía ir más allá si Gema no le daba luz verde.

Ella le había dicho que no era activamente sexual. Que si quería sexo ella iba a buscarlo pero si no quería se negaba rotundamente.

Alex tenía el privilegio de tocarla de una manera no sexual.

Ella era el tipo de mujer que el ministro no acostumbraba.

Le gustaban las mujeres muy activas y necesitadas.

Si solo quisiera tener sexo, ¿por qué no mejor me prostituyo y dejo de ser militar?

Esa fue su respuesta a su pregunta del por qué no tenía sexo constante.

-Compré tus cosas favoritas. Como los productos para lavar el pelo con olor a frutilla.

-Gracias.

Terminaron de lavarse y Gema fue a las duchas a lavar su pelo.

En los cajones encontró varios productos de su uso. Todos nuevos.

Un peine y secador.

Alex sí que estaba preparado para su llegada.

Salió del baño con la toalla alrededor de su cabeza y fue a sacar su uniforme.

-Tengo un uniforme.

-Sigo siendo coronel de Alemania.

-Nadie discute eso. Pero podrías ponerte esto mientras estás aquí.

Ella dejó su uniforme y agarró el que tenía Alex en la mano.

Empezó a vestirse y se miró al espejo.

No le quedaba mal.

Alex recorrió con la mirada el rostro de Gema.

Ella era seria y no sabías que pensaba.

El boton hasta el cuello con un porte impecable y altivo.

Se sacó la toalla y empezó a secarlo.

Alex salió de la habitación y fue a la cocina.

-Hicieron lo que les pedí.

-Sí, señor Morgan.

-Está todo listo?

La coronel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora