Prejuicios [Sunsun]

[05]

Sunoo tomó una bocanada de aire en el momento que sostuvo la perilla de la puerta. Hoy debía cubrir un turno extenso; nada agradable para él, pero si quería seguir viviendo solo, mantenerse con pequeños caprichos y darse aquello que por mucho tiempo se privó, debía de soportar el trabajo.

—Olvida los problemas y concéntrate en lo tuyo, Kim Sunoo—se alentó a si mismo—. Tú puedes.

Y con esa pequeña valentía que logró reunir, abrió la puerta del local intentando sonreír, más nunca creyó que esa mueca que tantos adulan se caería en cuestión de segundos. El local se encontraba lleno de personas, había demasiado bullicio y eso no ayudaba en nada a su dolor de cabeza, uno que estaba a punto de aumentar en cuestión de nada, lo podía presentir.

Bien, además de ser una jornada extensa, sería una pesada y que acabaría con su paciencia.

Y es raro en él, pues siempre se caracterizó por ser alguien con una gran paciencia, pero ahora... Eso se había esfumado.

Comenzando a caminar entre la muchedumbre, sonríe con cortesía y saluda a quienes conoce; algunos responden y otros simplemente pasan por alto su presencia. Pequeño porcentaje le muestra mala cara algo que poco le importa pero que sí considera de mala educación.

—¡Sunoo!—el llamado de Jake lo devuelve a su órbita.

El chico sonreía con entusiasmo y... ¿salvación?

—Hola Jake—acelerando su paso, él rápidamente se encuentra del otro lado del mostrador—. ¿Cómo es...

—¡No sabes cuánto te extrañé!—su amigo y compañero exclama emocionado.

—Y-yo igual, pero-

—Ven aquí, dame un abrazo.

Sunoo es encerrado en los brazos de Jake y suelta un quejido cuando lo aprieta con fuerzas, se comportaba como si no se hubiesen visto en años; totalmente extraño. Algo sucedía y él quería saberlo, ¿o es que Jake ha hecho algo y la conciencia está comiéndole la cabeza?

—Jake—quejándose, busca salirse de los brazos del australiano— , me estás sacando el aire, suéltame cabrón.

—Oh, yo no seré quien te quite el aire—Jake, quién seguía sin soltarlo, murmura. Sunoo se remueve en sus brazos—. Tranquilo, fiera. Hay algo que debes saber.

—¿Y no puedo saber “eso” sin que estés apretándome al punto de impedirme respirar? Mis pulmones piden oxígeno, ¿quieres soltarme?—Sunoo murmura y pronto siente la risa de Jake—. Que me sueltes pedazo de m...

—Jake, ¿donde me has dicho que acomode estás cosas?

Una voz femenina paraliza a Sunoo, el cual había dejado de forcejear con Jake.

—Oh, deja eso de lado por un momento, quiero presentarte a alguien muy especial—repentinamente, el rubio siente como su cuerpo es dado vuelta con brusquedad—. Siyeon, él es Sunoo.