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Pasaron casi seis meses de la tragedia, Isabel casi no sonreía y su esposo siempre estaba a su lado apoyándola.

Cierto día Isabel estaba en la sala mirando por la ventana, el dolor por la perdida de su bebé ya era menos y ese día se encontraba reflexionando algo. Daniel llegó de trabajar y al ver a su esposa muy pensativa se sentó junto a ella.

-¿Estás bien?- preguntó Daniel.
-Si, solo pensaba- dijo Isabel-. Oye cariño, ¿podemos hablar?
-Claro, ¿qué ocurre?
-El otro día que vino mi hermana estuvimos platicando y me hizo reflexionar. ¿No te gustaría que adoptaramos?
-¿Adoptar?
-Si. Hay muchos niños sin hogar que necesitan del amor de una familia y eso quiero que hagamos. Todo ese amor que guardamos para nuestro bebé se lo podemos dar a un niño que realmente lo necesite.

Daniel se quedó reflexionando aquella situación que le tocó el corazón porque sería bonito darle un hogar a un niño que realmente lo necesitara. No pudo evitar emocionarse y le dió muchos besos a su esposo, la mujer reaccionó conmovida porque no se esperaba esa linda reacción.

-Cariño, la adopción es algo bonito porque uno no es papá o mamá en el momento que engendra sino en el momento que educa, enseña y da ese toque especial. Tú y yo podemos ser buenos papás, tenemos que darnos esa oportunidad.
-Si. ¿Y de verdad no te importa que no sea de nuestra sangre?- preguntó Isabel.
-Mi amor, claro que no. Lo que importa es que le demos mucho amor y hagamos de él o ella una mejor persona.
-Ay Daniel, yo sabía que tenía que casarme contigo.

Ambos se abrazaron, estaban demasiado felices por esa decisión que habían tomado, se convertirían en padres por medio de la adopción.

Al día siguiente ambos tenían el día libre por lo que decidieron comenzar con la búsqueda y tramites de la adopción. Cerca de la cuidad había un orfanato al que decidieron visitar, se sentían un poco nerviosos ya que era la primera vez que harían eso. Llegaron al orfanato y al bajar del auto Isabel se sentía nerviosa ya que no sabía cómo sería esa experiencia.

-Tranquila, todo estará bien- dijo Daniel abrazándola y dándole un beso.
-Estoy nerviosa, no sé si nos ganemos el cariño de un niño- dijo Isabel.
-Cariño, hay muchos niños que lo único que necesitan es el amor de unos padres y ambos se lo daremos.

Sonrieron al ver a una mujer no muy mayor que se acercaba a ellos con una sonrisa, era la directora del orfanato.

-Hola, bienvenidos- los saludó amablemente.
-Hola- saludó la pareja.
-Vengan, les daré un recorrido.

Mientras la directora revisaba unos documentos de la pareja ellos miraban a algunos niños que se encontraban jugando por los pasillos o los salones. Isabel se recargó en el hombro de su esposo, estar en ese lugar le causaba una bonita sensación.

-Hay muchos niños- comentó Isabel.
-Así es- dijo la directora-. Aquí damos cobijo a los niños. Muchos de ellos son huérfanos o abandonados, pero siempre tratamos de encontrarles un hogar y parece que ustedes están altamente calificados para poder adoptar.

El matrimonio se sentía feliz de que podían tener la posibilidad de poder adoptar y cumplir su sueño.

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⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

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