Capitulo 4

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Sonrie...

Nos levantamos de la mesa después de compartir esos momentos de nostalgia y risas. Aunque había una paz en el ambiente, sabía que en el fondo, todos teníamos una inquietud que el tiempo en el Coma había dejado como una cicatriz invisible.

Pero al menos ahora podíamos enfrentarla juntos. Nos despedimos en la entrada de la cafetería, cada quien tomando su rumbo de regreso a casa.

Camino por las calles de la ciudad, intentando no pensar en lo que viví hace tan poco. El silencio de la noche me da una calma extraña, como si la ciudad estuviera guardando un secreto.

Bueno, en realidad si lo guarda

Me apresuro, queriendo volver a casa antes de que mi mente vuelva a revivir esas imágenes, para mi llevaba dos semanas sin volver a casa.

Al acercarme, veo la luz de la entrada encendida. Mi corazón se acelera un poco cuando imagino el interrogatorio al que estoy a punto de someterme. Respiro hondo y trato de pensar en una excusa razonable; no podía contarles la verdad, eso estaba claro. Al abrir la puerta, mis padres están ahí, esperándome en la sala.

— ¡Mina! — exclama mi madre, su tono de voz mezclando alivio y preocupación. — ¿Por qué no llegaste a casa anoche? Nos tenías muy preocupados.

Mi padre cruza los brazos, observándome con la misma expresión seria de siempre, pero también noto una pizca de angustia en su mirada.

— Ah… lo siento mucho. Anoche... eh… me quedé en la casa de una amiga — respondo, riendo nerviosamente mientras intento sonar convincente. — Ya sabes, cosas de último momento.

Mi madre me observa, claramente dudando de mi explicación. — ¿Por qué no nos llamaste, Mina? Podrías habernos avisado, al menos.

— Sí, lo sé... — asiento, tratando de sonar casual. — Es que todo pasó muy rápido. Se suponía que solo íbamos a estudiar, pero al final nos quedamos platicando hasta tarde y decidí quedarme para no regresar sola de noche.

Mi padre suspira, aún mirándome como si intentara leerme la mente. — Espero que no vuelva a suceder. Nos preocupaste mucho, Mina. Asegúrate de avisarnos la próxima vez.

— Claro, papá, lo siento mucho. No volverá a pasar — prometo, aunque la mentira me pesa en la garganta. La verdad era tan complicada, y ellos jamás entenderían la magnitud de lo que había experimentado en esa otra realidad. La sola idea de explicarlo me hace sentir agotada.

Mi madre finalmente sonríe, aunque aún luce un poco preocupada.

— Bueno, al menos estás a salvo. Ve a descansar, hija. Debes estar agotada.

Asiento, agradecida por la salida rápida de la conversación. Subo las escaleras y cierro la puerta de mi habitación, apoyándome contra ella y soltando un largo suspiro. Mentir me resultaba incómodo, pero no tenía otra opción. Nadie que no haya estado ahí entendería lo que realmente pasó en el Coma.

Me tiro en la cama y cierro los ojos, deseando que el cansancio me venza rápido. Sin embargo, al apagar la luz y quedar envuelta en la oscuridad de mi cuarto, los recuerdos empiezan a regresar, uno tras otro. El rostro de Seoh, las palabras de la hermana Vicious, la mirada de terror de mis compañeros… todo está ahí, rondando en mi cabeza, como si aún estuviera atrapada en aquel lugar.

Respiro hondo, tratando de relajarme, de enfocarme en que estoy en casa, en mi cuarto, segura. No importa cuánto me cueste, tengo que recuperar la normalidad. Tengo que aprender a dejar atrás lo que pasó… aunque, en el fondo, una parte de mí sabe que eso es algo que nunca podré olvidar.

Después de soltar el largo suspiro y abrazar mi almohada con fuerza, noto lo reconfortante que es estar de nuevo en mi propia cama. La suave textura de las sábanas y el aroma a flores me calman, como si por fin estuviera donde pertenezco.

— Cómo te extrañé, camita… — murmuro, enterrando la cara en la almohada.

Cierro los ojos y dejo que la somnolencia me venza. Pronto, caigo en un sueño profundo, donde las imágenes, lejos de brindarme un descanso, me arrastran de vuelta a ese mundo de recuerdos confusos y emociones intensas. Sin darme cuenta, me encuentro en la escuela otra vez, caminando por los pasillos desolados en medio de un ambiente sombrío, aunque esta vez no me siento asustada. Es casi… familiar.

De pronto, escucho una voz. Giro y veo a Youngho hablando animadamente, su expresión completamente relajada. Una sonrisa amplia se dibuja en su rostro mientras camina al lado de alguien. Siento una extraña punzada en el pecho al darme cuenta de quién es: la maestra Song.

La que me estuvo cazando en el Coma.

Observando desde la distancia, me doy cuenta de que Youngho se ve… diferente cuando está con ella. Su mirada es suave, como si quisiera protegerla de todo mal. La sonrisa que le dedica es cálida, una que jamás le he visto mostrarme a mí, al menos no de esa forma.

No puedo evitar sentir un calor incómodo en mi interior, un revoltijo que se siente como celos. Pero, ¿por qué? Él es mi vecino/amigo… ¿por qué esto me afecta tanto?

Intento acercarme, pero parece que el pasillo se alarga, manteniéndome lejos. Puedo escuchar a Youngho decirle algo, su tono suave, atento, como si ella fuera la única persona en el mundo. Y ella, con una sonrisa ligera, le devuelve la mirada. La escena se siente tan íntima que algo en mi pecho se aprieta.

— Youngho… — susurro, queriendo llamar su atención, pero él ni siquiera se da cuenta de mi presencia. Es como si yo no estuviera ahí, como si fuera solo una sombra, una observadora impotente en un rincón olvidado.

De repente, el ambiente cambia. La sonrisa en el rostro de Youngho se desvanece, y la maestra Song se convierte en una figura borrosa, una silueta que empieza a desvanecerse en la oscuridad. Su expresión ahora parece de angustia, y antes de poder hacer nada, me encuentro corriendo hacia él, intentando alcanzarlo.

Pero despierto de golpe, con el corazón latiendo con fuerza y el rostro algo húmedo. Me paso una mano por la frente, tratando de calmarme. El sueño fue tan vívido, tan… doloroso. No entiendo del todo lo que siento, pero en el fondo sé que estos sentimientos son reales. Suspiro, dándome cuenta de que hay muchas cosas que aún no logro procesar, especialmente cuando se trata de Youngho.

Me recuesto otra vez, mirando el techo, intentando descifrar lo que pasó en mi mente mientras me debato entre lo que vi y lo que siento.

Fin del capitulo 4

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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