Capitulo 1

23 12 7
                                    

Un nuevo día

El sol ya estaba alto en el cielo cuando crucé los pasillos del colegio. La luz entraba a raudales por las ventanas, iluminando todo a su paso. Para cualquiera, este sería un día como cualquier otro, pero para mí, algo había cambiado.

Mis pasos resonaban de manera extraña, casi como si no fueran los míos. Observé las caras de mis compañeros a medida que avanzaba, sonriendo y charlando entre ellos, ajenos a todo. Yo también solía ser así, hasta que todo se desmoronó.

— ¡Espera, Mina! —escuché la voz familiar de mi amiga acercándose rápidamente detrás de mí.

Me detuve y volví la mirada. Allí estaba, con esa sonrisa despreocupada que siempre había tenido. Al verla, sentí una mezcla extraña de confort y distancia. Ella seguía igual, pero yo... ya no era la misma.

— ¿Te pasa algo? —preguntó cuando llegó a mi lado, inclinando la cabeza con curiosidad.

Negué con una sonrisa ligera, aunque sabía que no alcanzaba mis ojos.

— No Dan Hyug, solo estoy cansada... no dormí bien anoche — rei nerviosamente.

No era exactamente mentira. Había pesadillas, sombras que parecían seguirme incluso cuando estaba despierta. Aunque el sol brillaba y el colegio parecía un refugio seguro, en mi mente todo se había vuelto un poco más oscuro.

El colegio fue donde el terror comenzo.

Dan Hyug me miró un segundo más, como si no estuviera del todo convencida, pero luego me sonrió.

— Bueno, seguro que el almuerzo te animará, ¿verdad? — dijo ella amablemente como siempre.

Asentí, aunque sabía que ni la comida ni las risas de mis compañeros lograrían disipar la sensación de inquietud que se había instalado dentro de mí.

Mientras caminábamos hacia el comedor, el ambiente se sentía extraño, como si todo estuviera volviendo a la normalidad, pero no para mí. La sensación de haber cambiado, de no encajar completamente, seguía persiguiéndome.

— ¡Ey, Mina! —Una voz fuerte y molesta interrumpió mis pensamientos. Al girar, lo vi. Myung-Gil Kang, el tipo que siempre había sido un problema en la escuela. Grande, musculoso, y con esa actitud de superioridad que hacía que todos lo evitaran. Él siempre había tratado de hacerme su "novia", pero ahora sus intentos parecían aún más patéticos.

Dan Hyug apretó los labios y dio un paso atrás. Sabía que no le gustaba estar cerca de él, y no la culpaba. Yo tampoco lo soportaba.

— ¿Otra vez tú? —dije, sin molestarse en ocultar mi desdén. La última vez que lo vi, fue en medio de un caos que casi nos cuesta la vida aunque su versión sombra le dije lo que queria decirle. Ahora, que las cosas estaban tranquilas, su presencia me resultaba aún más irritante ademas el idiota este no sabe sobre la privacidad..

Él sonrió, como si lo que había pasado antes no importara, como si todo siguiera igual.

— Mina, vamos, sabes que me gustas. ¿Por qué no me das una oportunidad?

Lo miré fijamente, sin pestañear. Algo en mí, algo que había crecido desde aquella pesadilla, se endureció. Antes tal vez habría intentado ser amable, esquivarlo, pero ya no.

— ¿De verdad sigues con eso? —dije con frialdad. Dan Hyug me observaba en silencio, y pude notar su incomodidad—. ¿Sabes qué, Myung-Gil? Ya estoy cansada de tus tonterías. Eres patético. No me interesas, nunca me has interesado, y nunca lo harás.

Su sonrisa desapareció, sus ojos se entrecerraron en un intento de intimidación. Pero esta vez no me intimidó en absoluto.

— ¿Qué has dicho? —gruñó, acercándose un paso.

Yo di un paso adelante también, sin retroceder, mirándolo directamente a los ojos.

— Lo que oíste. No vales nada para mí, y si sigues molestando a Dan o a cualquiera, te vas a arrepentir.

Un silencio pesado cayó entre nosotros. Algunos estudiantes se detuvieron a observar, expectantes. Myung-Gil apretó los puños, furioso, pero no hizo nada. Sabía que había perdido.

Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se alejó, su orgullo claramente herido. Sentí una oleada de alivio y, al mismo tiempo, satisfacción. No tenía tiempo para sus tonterías. No después de todo lo que había pasado.

Dan Hyug, a mi lado, dejó escapar un suspiro que parecía haber estado conteniendo durante todo el encuentro.

— Wow... eso fue... impresionante —dijo con una sonrisa nerviosa.

— Era necesario —respondí, aunque por dentro también sentía un leve temblor. No porque temiera a Myung-Gil, sino porque sabía que la persona que había sido antes jamás habría tenido la fuerza para hacer algo así.

Las clases terminaron sin mayor novedad. Aún no me acostumbraba a estar sentada en un aula como si todo fuera normal. La realidad se sentía frágil, como si en cualquier momento pudiera volver a quebrarse y devolverme a esa pesadilla.

Recogí mis cosas, y Dan Hyug se acercó con su habitual sonrisa tranquila.

— ¿Lista para ir al hospital? —preguntó.

Asentí. A pesar de todo lo que había sucedido, la idea de ver a Youngho me daba una especie de consuelo. Él también había sobrevivido, como yo, y de alguna manera, eso me hacía sentir menos sola en todo esto.

— Claro vayamos

Caminamos juntas hacia el hospital, el día se iba volviendo más cálido, con el sol brillando alto en el cielo. Sin embargo, el peso de los recuerdos no se desvanecía, y cada vez que cerraba los ojos, podía ver las sombras moviéndose, la oscuridad amenazando con volver.

Llegamos al hospital, un lugar demasiado familiar para mí en estos últimos días. Subimos al cuarto piso, donde Youngho estaba siendo atendido. Lo vi sentado en la cama, algo más pálido que de costumbre, pero al menos parecía estar mejor.

— ¡Mina! —dijo con una sonrisa al verme entrar. Yaseol, que estaba a su lado, también me dedicó una mirada tranquila, aunque había algo en sus ojos que sugería que ella también seguía procesando todo lo que habíamos vivido.

— ¿Cómo te sientes? —le pregunté mientras me acercaba a la cama.

— Mejor, pero no puedo sacar de mi cabeza lo que pasó... todo fue real —afirmó con seriedad, sus ojos reflejando la misma comprensión que yo había llegado a tener.

— Lo sé —respondí en un susurro, mis ojos encontrando los suyos. No había dudas en nuestras mentes. Todo lo que vivimos, cada momento de terror, las sombras y las persecuciones, había sido tan real como la luz del día que ahora iluminaba la habitación.

Yaseol intervino, cruzando los brazos mientras me miraba con una leve sonrisa.

— Todos estamos aquí por algo. Quizás sobrevivimos por una razón, Mina. Pero... ¿qué hacemos ahora?

Miré a Yaseol, luego a Youngho. Sabía que la vida seguiría adelante, pero también sabía que ninguno de nosotros sería el mismo de antes. Todos habíamos cambiado.

— Seguimos adelante —respondí, aunque no estaba segura de si lo decía para convencerlos a ellos o a mí misma.

El sol de la tarde iluminaba suavemente la habitación del hospital, y por un momento, todo parecía estar en calma.

Fin del Capítulo 1

The Coma After Life Donde viven las historias. Descúbrelo ahora