EPISODIO 4

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Al despertar, Valeria ya se había duchado y estaba vestida esperándome. Me escuchó en la habitación y entró con una taza de café.

- Quiero que me lleves a pasear por la ciudad, así que dúchate rápido y acá tienes cafecito. - Concluyó con un tierno beso en la boca.

- Yo siempre a tus órdenes. - Fue lo que se me ocurrió responder.


Ella vestía un top muy ajustado que marcaba muy bien sus senos y una falda corta amplia. Yo estuve listo en menos de 15 minutos y nos fuimos a caminar. Cerca de mi casa está el parque más grande de la ciudad, así que la invité a caminar por allí. Caminábamos como si fuéramos una pareja de novios, abrazados o tomados de la mano, riendo, coqueteando. Yo le contaba historias que me habían pasado en ese parque, incluso desde niño porque siempre he vivido cerca. Por ir tan entretenido con ella no me di cuenta de lo particularmente solitario que estaba el parque.

- Está muy solitario para ser un parque tan importante. - comentó Valeria y me llevó a esa realidad.

- Mira, por ir hablando contigo no lo había notado.

- Ay que árbol tan bonito. - Me soltó de la mano y señaló un árbol grande y de tronco muy grueso que debía tener más de 60 años de sembrado, quizás de los primeros del parque.


Valeria se acercó y contempló el árbol muy detalladamente, yo, que empecé mirando el árbol, en un momento me distraje con el cuerpo de Valeria. El top marcaba con detalle su bonito torso y con la falda corta se notaba lo bien contorneado de sus piernas. Valeria tomó algunas fotos del árbol, yo me acerqué y la besé en el cuello. Valeria no dijo nada, en ese momento grababa un video del árbol, así que con la otra mano me acarició la mejilla como una manera de aceptar el beso. La tomé por la cintura mientras seguía besando su cuello y ella continuó acariciando mi mejilla, mi cabello mientras terminó el video del árbol. Con calma guardó su celular y se giró para quedar frente a mi y besarme apasionadamente.

- Y me imagino que en este parque también tienes otro tipo de aventuras, ¿ o no? - Suspendió el beso para hablarme mirándome a los ojos.

- Pues la verdad, de eso que estás pensando... no.

- ¿Y tu cómo sabes qué estoy pensando yo?

- Pues porque yo estoy pensando en lo mismo.


Reactivamos el beso apasionado que nos llevó al lado del árbol, Valeria apoyando su espalda en él y yo sobre ella besando su boca, sus hombros, su cuello. Mis manos acariciaban su cintura, sus muslos y con una mano fui subiendo desde su muslo queriendo meterme bajo su falda. Ella me detuvo y llevó mis 2 manos a su pecho, entre los 2 subimos su top y tuve a mi disposición su deliciosas tetas. Las chupe mientras ella acariciaba mi cabeza y gemía suavemente. Por la ubicación en la que estábamos no nos podían ver los escasos runners que cruzaban por la pista a unos 25 metros. Comía sus senos, chupando, lamiendo, jugueteando con sus pezones, a veces sus gemidos eran un poco más fuertes. Mi mano bajó por su vientre, acaricié su sexo por encima de la ropa y Valeria arqueó su espalda contra el árbol y dejó escapar un gemido más fuerte que ella misma controló tapándose la boca con la mano. Mi mano se metió bajo su falda y sentí su tanga mojada. Froté un poco y sentí que Valeria se inclinó sobre mi y mordió mi camiseta para que no se escucharan sus gemidos. Llevaba un tanga muy pequeña que fue fácil de correr para un lado y acariciar directamente su sexo. Quizás el morbo de estar tan expuestos hizo que Valeria tuviera un orgasmo muy rápidamente, así que aunque mantuve mi mano en su sexo dejé de frotar por un instante. Valeria seguía acariciando sus senos, me tomó de la barbilla, me besó de nuevo y con una mirada me ofreció que besara sus senos de nuevo. Yo acaricié su cuello, su pecho y sus senos con la yema de mis dedos. Luego me incliné para besarlos nuevamente y sentí la mano de Valeria en mi pantalón, frotando mi pene por encima. Sentí cómo desabrochó mi cinturón y acarició de nuevo mi pene por encima del bóxer. Sentí su mano entrando en mi bóxer y tomando mi pene con su mano para frotarlo suavemente. Sentí que bajó mi pantalón y mi bóxer y entonces se giró, inclinándose un poco hacia adelante y apoyándose en el árbol. No necesitamos hablar. Levanté su falda, acerqué mi pene a sus nalgas las acaricié y Valeria respondió con un suave gemido, se giró para mirarme y con la mirada me pidió que la penetrara. Busqué su vagina con mi pene y sentí cómo se mojaba la cabeza de mi pene en el contacto. La penetré allí, de espaldas a mi apoyándose en el árbol. No me importó en ese momento si alguien nos podía descubrir, todo el mundo alrededor se olvidó para nosotros por los siguientes minutos. La tomé por la cintura y empujé mi pene varias veces, ella ocasionalmente gemía pero suavemente. Desde esa posición acariciaba sus ricas tetas y seguía empujando mi pene una y otra vez. Ella tuvo un orgasmo justo unos instantes antes del mío, por lo que el suyo se prolongó placentéramente.

De regreso a casa hablamos poco pero siempre fuimos o abrazados o tomados de la mano o jugueteando por el parque. Nos besamos ocasionalmente.

- Dijiste que querías hacerlo en todos los lugares de mi casa, no en todos los de mi ciudad. - Le dije a Valeria mirándola fijamente cuando nos detuvimos cerca de la puerta de salida del parque.

- Bobo. - Fue lo único que me dijo mientras sus mejillas se sonrojaban.

- Ayy te sonrojaste.


Me miró a los ojos fijamente y con la mirada me dijo muchas cosas que posteriormente me susurró al oído después de besarme en la boca.

- Mi visita es por pocos días, tenemos que aprovecharla.



Comimos un sandwich de regreso a casa. Cuando entramos y cerré la puerta, allí mismo, Valeria vino sobre mí y me dio un intenso beso en la boca. Acarició mi pene sobre el pantalón para sentir cómo se ponía duro nuevamente.

- Quiero mi postre. - Me dijo suave al oído.

VALERIAWhere stories live. Discover now