EPISODIO 1

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A Valeria la conocí porque estudiaba en la universidad con mi sobrina Cris y tuvimos una primera experiencia cuando ella y mi sobrina vinieron a visitar mi ciudad por asuntos académicos y se hospedaron en mi casa.

Después de eso continuamos hablando por chat, con alguna frecuencia, conversaciones que en algunas ocasiones llegaron a tener tono sexual e incluso tuvimos un par de videollamadas. Sin embargo, con el paso del tiempo se fue perdiendo ese ímpetu hasta que llegó un mensaje algunos meses después: "voy a visitar tu ciudad, me gustaría que nos viéramos, ¿puedes?" Sobra decir que mi respuesta fue afirmativa.

Me indicó que llegaría en tren, el siguiente viernes pero que se desplazaría a la casa de sus familiares de inmediato, por lo que acordamos vernos el sábado en la tarde y que yo le propondría el lugar.

El viernes al final de la tarde cuando terminaba mi jornada laboral, llegó un mensaje de Valeria:

- ¿Vienes por mi?

- Ehh sí, por supuesto.

- Vale, te mando la ubicación y porfa mandame la tuya para salir cuando llegues.

- Ok


Llegué a la ubicación que me había indicado y ella salió con una mochila y su bolso de mano. La vi caminar hacia mi auto y me pareció que estaba aún más guapa de lo que la recordaba. Aunque su ropa no era ajustada sí resaltaba su bello cuerpo. Corrió hacia el carro, abrió la puerta de atrás y lanzó su mochila. Se subió a la silla del copiloto y me saludó de beso en la boca.

- Vamonos, ya no quiero estar acá.

- ¿Qué pasó?

- Después te cuento


Su rostro mostraba la molestia pero de pronto suspiró largamente y cambió su actitud.

- No te voy a amargar, estoy feliz de verte - puso su mano en mi pierna.

- No me amargas, yo encantado de no tener que esperar hasta mañana para verte. - Acaricié su mano sobre mi pierna.

- Pues mejor entonces haberme aburrido y vernos hoy.

- Definitivamente. ¿Ya cenaste?

- No, ¿a dónde me vas a llevar?

- Ya verás, es un lugar genial, confía en mi.

- Defintiivamente confío en ti. - Se acercó y me dio un beso en la mejilla muy cerca de la boca.


Conversamos en el camino mientras llegamos a un restaurante italiano que además de buenos platos tenía una buena carta de cocteles. Nos asignaron una mesa relativamente reservada en una esquina del restaurante.

- Quiero que pruebes un cóctel que me recuerda a ti.

- ¿Qué? ¿Cómo así que un coctel que hace que me recuerdes?

- Pues así como lo oyes. El martini Lychee, ¿lo has probado?

- No, nunca, y ahora me siento muy curiosa jajaja.

- Pues mira, es que me gusta la elegancia de su presentación y pues el sabor es una mezcla de lo intenso del vodka y lo suave y casi sensual de la textura del lychee, por eso me recordó a ti.

- Me vas a hacer sonrojar. - De nuevo su mano en mi pierna.

- Bueno, pues solo para que veas lo que me inspiras. - Mi mano correspondió su pierna también.


Acomodamos las sillas y quedamos uno al lado del otro. La abracé y nos besamos. En el beso ella inclinó su cabeza hacia atrás, estuve tentado a besar su cuello pero me detuvo recordar que estábamos en un lugar público. Mi mano aprovechando la complicidad de la oscuridad acarició sensualmente su muslo. A Valeria se le escapó un suave gemido y nos detuvimos. Excitados pero prudentes. Llegó el mesero con los cocteles.

VALERIAWhere stories live. Discover now