Capítulo 27: Enfrentando la Realidad

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Decidido, Alejandro salió de la oficina y se dirigió a la cabaña. Su corazón latía con fuerza mientras pensaba en lo que iba a decirle a Sofía. Las dudas seguían acechando en su mente, pero sabía que debía ser sincero.

Al llegar, vio a Sofía sentada en el sofá, con una taza de té en las manos. Ella lo miró con sorpresa, y de inmediato notó la tensión en el aire.

—Alejandro —dijo ella, tratando de mantener la calma.

—Sofía, necesito hablar contigo. Marga me contó sobre el embarazo —declaró él, su voz firme.

Sofía se puso pálida, dejando caer la taza en la mesa. —No... no quería que nadie lo supiera todavía.

—Lo sé, pero creo que debemos hablar de esto. No quiero que te sientas sola en esto —dijo Alejandro, su tono suavizándose.

Ella respiró hondo, su expresión llena de emociones contradictorias. —No sé si estoy lista para esto. Todo ha sido tan confuso.

—Lo entiendo, pero yo también estoy confundido. Pero quiero estar aquí para ti, para el bebé —respondió Alejandro, sintiendo una mezcla de alivio y responsabilidad.

Sofía se quedó en silencio, mirándolo fijamente. —¿De verdad quieres eso? ¿Estás seguro?

—Sí, estoy seguro. Esto cambia todo, pero no puedo dar la espalda a lo que hemos compartido. Quiero ser parte de esto, lo que eso signifique —dijo Alejandro, acercándose a ella.

El miedo en los ojos de Sofía comenzó a desvanecerse, y por un momento, la esperanza brilló en su mirada. —No sé cómo manejar esto, pero no quiero hacerlo sola.

—No tienes que hacerlo sola. Estoy aquí, y juntos podemos encontrar una manera de afrontarlo —aseguró él, tomando su mano con ternura.

Sofía sintió que las lágrimas le brotaban mientras miraba a Alejandro. La conexión que habían compartido nunca se había perdido por completo; había crecido, aunque de una manera diferente.

Amor y confusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora