002

164 37 1
                                    

Narra Maria Alejandra:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Maria Alejandra:

Después de ese pequeño percance del finde decidí no darle más vueltas al asunto y olvidarlo, aunque ese sea el plan,  por más que intento no me puedo olvidar de Néstor, la verdad es que nunca me había gustado alguien cómo él; barbón, con pancita pero no en exceso, pelo poquito ondulado pero seguía siendo lacio pero lo que más me llamó la atención y que no puedo sacar de mi cabeza son sus ojos, unos ojos avellana, se asemeja a los ojos de los felinos, cómo se esconde cuando sonríe, y por favor no hablemos de su sonrisa porque ahí puedo morir agusto.

- aquí estas tontita- dijo camilla entrando a la sala de descanso del hospital-llevo buscándote un ratote, tanto así que recorrí toda el ala este- prosiguió tirándose al lado de mi en el sillón.

- no seas exagerada- dije empujándola un poco-si me hubieses llamado habrías encontrado más rápido pero al parecer no sabes usar un celular- acoté parándome del sofá.- ah si, casi se me olvidaba - dije parando a medio camino- me podrías dar el teléfono de Néstor?-le pregunté
Desde que acabé la pregunta me vio con una cara-no es lo que piensas, luego de lo que pasó unos hombres me han estado vigilando y un día los escuché hablando con él- le conté co que le estaba escondiendo.

-por que no me habías dicho? - preguntó cruzada de brazos.

- no quería preocuparte- dije mirando hacia el piso- además me di cuenta hace cómo
Tres días y me enteré quien los enviaba apenas ayer, no me preocupe porque si no me habían hecho nada en todo ese tiempo no me van hacer nada ahora- dije cruzándome de brazos.

- mhmm- dijo entrecerrando sus ojos- tengo que preguntarle a Ernesto, yo no tengo su número- terminó diciendo.

- bueno esta princesita ya se va- dije retomando mi camino a la puerta- me avisas que show con lo del número- dije antes de salir de la sala.

Caminé hasta mi consultorio, me quité la bata y la deje enganchada para mi siguiente turno, tomé mi cartera y salí dejando las luces apagadas. Caminé por los silenciosos pasillos del hospital, saludando a uno que otro paciente o algún compañero de trabajo, llegando a la recepción firmé mi salida y continue mi camino al estacionamiento, me subí a mi camioneta, puse música y empecé a manejar por las calles de Culiacán.

Pare en un semáforo y me di cuenta que detrás de mi venían mis amigos, pero no les di ningún tipo de importancia y continue mi camino a la tienda hacer mercado. Al lado mío se paró un tránsito pero ni bola le di, seguí disfrutando mi musica. Cuando se puso en verde di un acelerón.


- me lleva la chingada- dije al ver las luces del transito- ahora que vergas hice- dije ahorillandome.

- Buenas tardes señorita- dijo un oficial parándose en mi ventana- me puede enseñar su licencia de conducir- pidió siendo "respetuoso" según él.

MA CHÉRI - NINIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora