La Mansión Perdida

Four 🎃🧡

El pasillo tras la puerta secreta parecía interminable. La luz era tenue, apenas suficiente para distinguir las figuras de los cuatro amigos mientras avanzaban, sin saber exactamente qué encontrarían al final. El aire se sentía espeso, cargado de la sensación de secretos no revelados.

Felix mantenía la mirada fija hacia adelante, aunque por dentro sus pensamientos se entrelazaban. No podía evitar preguntarse qué estaría haciendo Hyunjin. ¿Habría sentido su ausencia? ¿O ya lo había reemplazado completamente? Minho, notando la tensión en su amigo, le dio un ligero apretón en el hombro.

—No pienses demasiado, Lix. Estamos cada vez más cerca —susurró Minho, con su habitual tono seco, pero sus ojos mostraban genuina preocupación.

Felix intentó esbozar una sonrisa, pero no llegó a sus ojos. El peso de todo lo no dicho entre él y Hyunjin seguía aplastándolo como un muro invisible.

De repente, llegaron a una nueva habitación, esta vez completamente diferente a las anteriores. Las paredes estaban cubiertas de espejos, y cada superficie reflejaba las múltiples versiones de ellos mismos, como si la mansión quisiera jugar con sus miedos más profundos una vez más.

—Esto no pinta bien... —murmuró Chan, observando su reflejo moverse un instante antes de que él lo hiciera.

Seungmin dio un paso hacia uno de los espejos más cercanos, pero cuando su reflejo lo miró de vuelta, una sonrisa fría e inquietante se dibujó en su versión del otro lado.

—Definitivamente esto es una trampa... —susurró Seungmin, retrocediendo lentamente.

Minho frunció el ceño, sus ojos atentos a cualquier irregularidad. Algo en esos espejos no estaba bien, y lo sabía. Fue entonces cuando notó algo extraño: el reflejo de Felix no estaba solo. Justo a su lado, la figura de Hyunjin apareció, pero su expresión era gélida, casi indiferente, como si no le importara en absoluto la presencia de Felix.

—¿Felix...? —murmuró Minho, señalando el espejo.

Felix giró rápidamente y quedó congelado al ver la imagen de Hyunjin a su lado en el reflejo. La sensación de vacío en su pecho se hizo más intensa.

—No es real... —susurró Chan—. No puede serlo.

Pero Felix no parecía escuchar. Dio un paso hacia el espejo, incapaz de apartar la mirada del rostro de Hyunjin, como si aún buscara una respuesta a todas las preguntas que lo atormentaban.

—¿Por qué... por qué me dejaste solo? —susurró Felix, su voz casi quebrándose.

El reflejo de Hyunjin lo miró con desprecio. Luego, sin previo aviso, las palabras surgieron del espejo como un eco distorsionado:

—Nunca fuiste suficiente.

El golpe emocional fue devastador. Felix retrocedió, llevándose una mano al pecho como si el eco lo hubiera atravesado como un cuchillo.