08

150 38 21
                                    

ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐

28 de mayo de 1999

Arabella estaba acostada en su cama, sin poder dormir debido a la ira y la frustración de recordar lo que había pasado con Tomasso, la persona que todo el pueblo creía que era un hijo de Dios. Ella necesitaba hacerle pagar por todo lo que le había hecho, por haberle arrebatado su inocencia y su infancia. Sentía un odio tan fuerte hacia él, que no podían ser descritos con palabras.

Mientras yacía en la oscuridad de su habitación, su mente se centraba en diferentes maneras de hacerle pagar a Tomasso por su atrocidades. Se preguntaba cómo podía hacerlo caer, cómo podía hacerle sentir el dolor y el sufrimiento que ella había tenido que soportar durante tanto tiempo.

Arabella había llegado a la conclusión de que necesitaba la ayuda de Henry para llevar a cabo su venganza. Ella sabía que él tenía sus propios demonios y que podía entender su impulso vengativo. Además, él tenía habilidades y experiencias únicas que podrían ser útiles para su plan. Pero ella también sabía que necesitaba convencerlo, y que no sería tarea fácil.

Él era amable, pero también tenía una ética y una moral fuerte. Ella tendría que encontrar la manera de hacerle entender la urgencia y la necesidad de acabar con Tomasso. Necesitaba ganarse su confianza, y necesitaba desesperadamente que él estuviera con ella en esto.

Esa fue otra razón por la que Arabella necesitaba a Henry a su lado. Su deseo por él era incontrolable y su obsesión crecía cada día más a medida que pasaba tiempo con él. Ella no soportaba la idea de que él estuviera con su madre, y quería que él fuera sólo para ella.

Quería que él la mirara sólo a ella, hablar sólo con ella, y que la tocara sólo a ella. Su obsesión por él se había convertido en un fuego incontrolable que la consumía por dentro, y necesitaba saciar ese apetito lo antes posible.

Así que sin más, Arabella tomó la decisión de irse a la casa de Henry en la mitad de la noche. Su necesidad de él era tan intensa que no podía soportar la distancia entre ellos por más tiempo. Se levantó de su cama, aún con puestos los pantalones de pijama y una camiseta, se deslizó en un par de sandalias y se encaminó hacia la puerta. Su mente estaba llena de pensamientos de él, mientras se apresuraba para llegar a su casa.

Cuando Henry abrió la puerta de su casa y vio a arabella parada frente a él, se sorprendió un poco. Él no esperaba verla a esta hora de la noche, y no tenía idea de lo que la había llevado allí. Pero antes de que pudiera decir algo, arabella se abalanzó hacia sus brazos y lo rodeó con los suyos, abrazándolo con desesperación.

Él pudo percibir la urgencia y la necesidad en su abrazo, y pudo sentir cómo temblaba ligeramente. Sus manos estaban aferradas a la camiseta de él, y su cuerpo se presionaba contra el suyo de una manera casi desesperada. Henry no sabía qué estaba pasando, pero no podía evitar sentir una extraña mezcla de sorpresa y preocupación por ella.

Arabella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora