La vida de Henry, un profesor de secundaria, se viene abajo cuando su esposa le pide el divorcio para irse con su mejor amigo. Decide dejar todo y viajar a Italia, donde conocerá a Sophia, quien inmediatamente se interesa en él. Sin embargo, Henry s...
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17 de mayo de 1999
Dos semanas habían pasado desde que Henry había mudado, había estado pensando en muchas cosas durante esas semanas. Su mente se había llenado de pensamientos y preguntas que se entrelazaban constantemente.
Henry había cuidado a Arabella en estas últimas semanas algo que empezó a hacer casi con regularidad. Aunque lo estaba disfrutando, su cercanía con la joven comenzaba a tener un impacto en su estado mental. Comenzaba a verla de forma diferente, sus sentimientos hacia ella estaban cambiando y sentía que su conexión era cada vez más fuerte.
Henry finalmente decidió que necesitaba poner límites en su relación con Arabella, y hablar con Sophia(con quién ahora estaba iniciando una relación)fue su primer paso. Se sentó con ella y le dijo con sinceridad que ya no podía cuidar a Arabella, obviamente omitiendo la parte de que empezaba a generar sentimientos por ella.
Como esperaba, Sophia no tuvo problemas en que Henry dejara de cuidar a Arabella. El hecho de que ella solo necesitase de Henry para una relación física era suficiente para que ella estuviese feliz.
También las pesadillas aún ocupaban los sueños de Henry, y en ellas, fantaseaba con asesinar a alguien mientras sentía placer. Estos sueños eran aterradores, pero a la vez algo hermoso, y despertaba con una sensación de culpa y miedo, preguntándose cómo se controlaría en la realidad.
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Henry venía de hacer unas compras en el supermercado, al bajar de su auto, Henry notó la presencia de Arabella con una mirada molesta. Se le acercó con una preocupación en su rostro.
—Arabella, qué ha sucedido? ¿Por qué estás molesta?— Le preguntó con suavidad, mientras le colocaba una mano en el hombro para intentar consolar su enfado.
Ella se safo de su agarre —Enserio dejaras de cuidarme? O sea que este tiempo solo lo hiciste porque te querías coger a mi madre?
Henry se quedó perplejo por un momento antes de responder. —Arabella, por supuesto que no. No te cuido simplemente por eso. Me preocupo por ti y quiero asegurarme de que estés bien. Lo sabes, ¿no?—Le respondió con tranquilidad, pero por dentro se sentía ofendido. ¿Realmente Arabella creía que solo la había cuidado sólo para satisfacer a su madre.
—Entonces porque le has dicho a mamá que ya no podrás cuidarme?
Henry suspirando, pero manteniéndose tranquilo mientras se explicaba. —Arabella no quise decir de forma brusca que nunca más te cuidaré, sino que necesito un poco de tiempo para mi. Últimamente, mi estado de ánimo ha sido bajo, y necesitar un poco de espacio para mi mismo. Pero no significa que nunca más cuidaré de ti, lo prometo. Solo necesito un poco de soledad ahora mismo, es todo.
Se sentía culpable por sus sentimientos hacia Arabella y eso le había hecho sentir más inquietud de lo normal.
Arabella a lo miró por unos segundos, luego suspiró y asintió. —De acuerdo—respondió con resignación. —Supongo que puedo esperar un poco más. Pero te advierto, no me gusta estar esperando.—Se volvió hacia el interior de la casa y comenzó a alejarse, dejando a Henry sólo en la entrada.
