El Cometa Purpura (NaruHina fanfic)

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Minato conducía aquel Subaru Impreza que recién había salido del taller del equipo. Naruto ni enterado del asunto estaba, de hecho, probablemente el rubio menor este en su casa cenando con su novia. Por parte de Minato, al estar a los mandos de aquel auto, sintió algo que hace bastante tiempo no sentía.

Coloco las balizas de aquel auto y aminoro la marcha hasta llegar al primer parador de aquella ruta que estaba lindando a la cúspide de Osaka. Al parar allí, saco sus manos del volante y noto como estas temblaban ¿era miedo?

- esto... - el sonido de aquel motor relajando sus vueltas poco a poco para estaquearse en las setecientas revoluciones por minuto hicieron que este tomara un sonido más trabado. El "Brap" del escape era una constante, sin embargo, al recordar como venía hace un momento, tuvo que respirar con profundidad - ¿Cómo maneja esto? – pensó en su hijo, pensó en que su auto no era así, pensó en que antes, el vehículo daba un margen bastante amplio. Y claro, aún no habían afinado el motor, simplemente habían bajado el peso del mismo manteniendo la configuración que Naruto le había dado. Esos setecientos caballos de fuerza que tenía eran... sencillamente inestables al tacto del pie, sin embargo, Naruto podía llevarlo con ligera normalidad y destreza.

Recordó como hace instantes nada más, al pasar de marcha, el escape soltaba explosiones propias de la sobrealimentación que estaba recibiendo y como incluso, al pasar la marcha, este se notaba más estable que antes para empujar al máximo durante toda la curva.

Noto como incluso, a bajas velocidades durante las salidas de curvas, el auto tendía a levantarse de trompa cosa que, se solucionaba ni bien la velocidad planchaba el frente del auto. También cabe destacar aquella amortiguación autorregulable que, al detectar que el auto se estaba lanzando hacia arriba, esta se endurecía y aportaba a que la trompa del mismo se mantuviese pegada al piso.

Era cierto, el manejo la Rx7 de Hinata con su nuevo motor... y si bien, desarrollaba una potencia similar a la que desarrollaba el Subaru de Naruto, había una distinción bastante marcada... y era precisamente esa fuerza rabiosa que el Subaru tenía al momento de entregar la potencia.

Los turbos actuaban casi al instante de pisar el acelerador, sin embargo, la forma de entregar aquella potencia no era progresiva como en el Rx7... no, el acelerador de aquel Subaru era como si de una represa se tratase. Al presionarlo, la potencia se entregaba casi al instante y las vueltas subían a fondo. Quizás, el pie familiarizado del rubio ya había acoplado aquello, sumado ahora al bajo peso que el auto tenia, este se volvía un animal casi eléctrico. Sus movimientos eran... sencillamente erráticos a la hora de acelerar y cambiar de dirección. Incluso teniendo en cuenta que era un auto grande... la forma en la que este transmitía su agarre mecánico al piso y traccionaba... la forma en la que, en su descontrolado caos... el auto se volvía predecible a altas velocidades, la forma en la que el propio auto pedía más... - es un monstruo – Minato murmuro volviendo a agarrar aquel volante. Coloco la direccional y acelerando levemente el auto comenzó a cabecear girando con dirección al taller. Cuando este se puso recto lo acelero y el golpe de potencia lo echó para atrás en el asiento.

El auto comenzó a rugir furioso y vaya... quizás, fueron cinco minutos de conducción... pero esos cinco minutos de conducción lo hicieron transpirar la gota gorda. Se bajo del auto hecho agua y fue en cierta parte, la sorpresa para Shikamaru, Sai, Zabuza, Haku y Jiraiya - ¿todo bien Minato? – El peliblanco miro al rubio asentir con cierto pesar en sus movimientos.

- sé que mucho de lo que hicimos en este auto últimamente solo ha hecho mejorar su rendimiento... sin embargo, no hemos tocado este motor en lo absoluto y ahora... - el rubio miro el Subaru que ya estaba sobre el ascensor del taller – siento que sería irresponsable hacerlo – al decir aquello, Minato trago levemente – setecientos caballos con este peso... es virtualmente una equidad completamente avanzada a lo que buscábamos. Un auto de esta categoría pesando novecientos veinte kilogramos... me pregunto, si lo llevamos a su máximo potencial ¿alguien tendría manos para conducir esto? – las miradas fueron cruzadas, de hecho, Shikamaru que estaba en silencio frunció los labios y dando un paso hacia adelante asintió.