29

91 10 3
                                    

Viendo las cosas desde mi perspectiva, la situación era desfavorable. Mi garganta se encontraba irritada, me costaba respirar, me sentía débil, tenía algo de fiebre y para colmo, ese Gt One se hacía oír durante toda la tarde al igual que ese Ferrari que estaban luchando contra sus rivales para clasificarse en la carrera del domingo.

Pase toda la noche mirando mis repeticiones notando que, los reglajes no estaban malos, lo que estaba mal era yo. Hinata se había dormido a mi lado, sin embargo, a media noche, ella se levantó y me detuvo. Claro que, no puedo objetar cuando tiene razón, sin embargo, no tuve de otra más que imaginar mientras intentaba dormir como mejorar mi conducción.

La mañana se vio colmada de pruebas luego del desayuno y claramente, una leve mejora en mi forma.

Aun no me encontraba con el auto, se me hacia un vehículo distinto al que solía usar y la verdad es que nada había cambiado de aquí a la primera vez que subió a su auto en Japón. Veía a Hinata hacer sus pruebas, veía su delicadeza a la hora de conducir, veía como su velocidad era simplemente algo que lo maravillaba a la hora de pisar su acelerador a todo lo que daba.

Sentí sincera envidia de Hinata, quería estar a su altura, quería conducir a su lado como solía hacerlo, sin embargo, en este estado no lo estaba logrando.

Me senté en Baru esperando que terminaran de darle los últimos ajustes, me baje la visera del casco esperando que me dijeran que podía salir. Mi padre hablaba con Jiraiya mientras que Haku y Zabuza le prestaban atención. Sinceramente no sabia que tocarían, sin embargo en este momento no estaba del todo fino... por lo que decidí confiar.

Cerré mis ojos esperando que el auto estuviese listo. Mi puerta fue abierta y Minato me hablo – Hola Hijo. Cambiamos un poco el auto – lo observe curioso – vas a sobrevirar así que, te toca estar fino con el volante...

- preferiría que subvire... si gira demasiado me iré directo a la pared.

- si, pero si no gira, me gastas todos los neumáticos y tienes por delante veinte kilómetros de pista.

- ya... iré lento – le avise de ante mano a mi padre que asintió.

- lento pero seguro. Toma confianza, busca los primeros límites y afiánzate con esto. No vamos a cambiar de reglaje.

- ¿Por qué? – eso me extraño. Era raro que no quiera hacerlo.

- porque estas actuando como un niñito. Estas incomodo y lo entiendo, pero esto es lo mejor que sabes hacer – me quede de piedra, sin embargo, notando como más que un regaño fue un desafío asentí.

- está bien – Minato me sonrió y yo encendí el auto. Cuando lo bajaron, puse la primera marcha notando como la pisada de las ruedas delanteras eran distintas. Claramente ahora tenía un poco más de comba interna por lo que, seguramente, las ruedas sean más reactivas si las forzaba.

Al soltar el freno, me encamine hacia la pista notando tres cosas. La primera de ella era Hinata que justo estaba volviendo a la zona de boxes con su auto. Me sonreí al verla y le hice luces para saludarla cosa que ella rapidamente me devolvió.

Lo segundo fue ese monstruo que aparentemente estuvo oculto bajo las sombras a la espera de entrar al juego. Un precioso Audi 90 IMSA apareció ante mis ojos. Lo vi salir antes que yo y ponerse en la línea de meta. Sin dudas mi cuerpo vibro al verlo ¿el Toyota Gt One me asustaba? No... el Toyota me daría miedo en un circuito perfecto... sin embargo esto... esto que tengo delante de mi... su tracción integral, su reducido peso, su clara procedencia de las carreras... esta claro que ese titan que tengo delante no es un auto de calle – cinco cilindros turbo... setecientos caballos de fuerza y una estabilidad envidiable – baje mi mirada a mi volante sintiendo... ¡sintiendo emoción! ¡no me podía permitir no rendir delante de esa leyenda!

El Cometa Purpura (NaruHina fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora