Amor En La Recta Final. {Jenlisa}.

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Anaïs Nin.

"No hay mayor peligro que la indiferencia."

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JENNIE KIM.

Me dijeron muchas cosas acerca de estos desfiles, cosas que hasta el día de hoy no capturaron mi atención en ningún momento.

La música de fondo era tediosa, la multitud era espantosa y la ropa ni mencionarla, no era un estilo que yo utilizara en todo momento. Entonces, me di cuenta de que este ambiente era solo un compromiso, no había ni una sola sonrisa la cual fuera generosa.

Disfrutar de esto era lo más hipócrita que podía mostrar una persona, ya que la incomodidad se podía ver incluso en el aire.

Aunque el ambiente no fuese algo que yo disfrutara, me quedé allí. Observando lo que pasaría a continuación. Sentí la presencia de Jisoo a un lado, ella vigilando que no tomara la primera salida hacia la felicidad; la cual era estar lejos de aquí.

Inflé mis mejillas, fingiendo el deleite. Empezaron a salir.

–Es ella —dijo Jisoo, señalando sin ninguna clase de pudor.

—¿Quién? —inquirí.

—Ella es Lalisa Manobal, la cara principal de la agencia —declaró—. Es muy linda, pero su amiga se me hace mejor.

Ladee la cabeza, fue como una sensación de que veía a una supermodelo ser arrastrada por el fuego. Había que pagar por su rostro, pero también ella estaba pagando un precio muy alto. Cuando sales a las pasarelas se supone que tienes que lucir como si disfrutaras lo que haces.

Cuando lo cierto es que ella parecía de todo, menos disfrutarlo. Entrecerré la mirada, como si mi vista no pudiese apartarse de aquel cuerpo que lucía un vestido que dejaba a la vista su increíble físico.

Mis labios se separaron, al mismo tiempo, mis manos comenzaron a sudar y mi pecho se infló. Bajé la calidad de mi respiración y lo que fue un momento pesado, se convirtió en algo mucho más tranquilo.

El cabello oscuro de la modelo se movía de un lado a otro, ella buscando a alguien entre la multitud. Agudicé la mirada, detallándola. Los tacones altos y blancos los cuales eran parte de su vestimenta.

Se dio media vuelta y regresó dentro. Pasé saliva, y regresé al planeta tierra, dándome cuenta de como estuve mirándola durante toda su caminata.

—Es linda —murmuré.

—Lo es, te dije que valía la pena —susurró Jisoo.

No asentí, ni siquiera me atrevía a darle la razón. Pasaron los minutos y ella volvió a salir, esta vez chocando mirada conmigo por cortos segundos, los cuales no sé si se podría llamar contacto visual.

La tensión se me coló entre los huesos y viré los ojos, obviando el hecho de que ella estaba allá arriba. No me interesaba verla vestida con cosas elegantes. Me di media vuelta y me dirigí hacia los modelos de autos, desde los más caros hasta los más elegantes.

Dejé a Jisoo atrás, que se quedara observando aquel dichoso desfile por una rubia que llamó su atención; yo tengo cosas más interesantes que hacer que concentrarme en cosas que no capturan mi total atención.

Me quedé paralizada, escuchando de fondo la voz del fundador de la agencia, no obstante, mi interés seguía en los autos. Una sonrisa de labios pegados se posó allí, detallando el color y buscando cosas mínimas los cuales hicieran a esos coches únicos y diferentes a los cuales yo he manejado toda mi vida.