008: rompiendo las reglas

339 42 4
                                    

NICHOLAS.

No podía negarlo más, el deseo que mi cuerpo sentía por el suyo, lo ridículamente hermoso que le quedaba ese vestido, el conjunto de enojo y estrés por la situación con sam y el chico de la discoteca necesitaba ser liberado...

Mis besos desesperados pasaron rápidamente desde sus labios carnosos hasta su cuello, y al llegar me inundó su olor característico a vainilla, todo de ella me estaba volviendo estúpidamente loco, jamás me había sentido así.

Siempre soy yo el que las vuelve locas, nunca les dejo ver el control que tienen sobre mí, me gusta saber que domino la situación, pero con Julieta era muy diferente, no podía quitarle las manos de encima, quería volverla de mi propiedad, demostrarle que nunca nadie será como yo.

Sus pequeñas manos poco a poco fueron tomándome de la cintura para poder sentarse encima mío mientras reclinaba mi asiento, luego me hizo hacia atrás y arrancó mi traje, el cual salió volando, desabrochó los botones de mi camisa y pasó sus manos por mis abdominales.

—He estado deseando esto desde que te vi sin camisa en aquella escena en el set...—soltó sin analizar la oración que acababa de decir, pero la calle con mi mano en su boca mirándola de forma dominante, y poco a poco fui bajando mi mano en el silencio que se formó, podía notar que su respiración estaba agitada, aunque tratara torpemente de controlarla.

Cuando mi mano llegó hasta el escote de su vestido, la miré buscando aprobación, y todo lo que hizo falta fue que asienta para volver a devorar su cuello, haciendo resonar por todo el lugar sus pequeños gemidos por la adrenalina, mientras bajaba los breteles de su brasier.

Nicholas... —susurró en mi oído mientras la colocaba justo sobre mi erección evidente, al escuchar mi nombre salir de sus labios de tal forma, no pude contenerme más y baje mis besos hacia sus pechos, los cuales estaban descubiertos. Jugué constantemente con mi lengua sobre sus pezones, provocando quejidos de placer en ella, pero yo quería más.

Baje mi brazo derecho hacia el cierre de su vestido y lo baje por completo, con su ayuda el vestido quedó en el asiento del copiloto, y la tuve finalmente sobre mi, desnuda, con un rostro de deseo como si me perteneciera cada parte de su alma, haría que esto valga la pena.

—Quítate las bragas, ahora. —Exclamé tomándola del mentón mientras seguía observándola, ella asintió obedientemente y dejó la última prenda que llevaba puesta junto al vestido.

Buena chica. —dije en un tono grave, pude notar como mi mirada se oscureció, como solía suceder en momentos como este. He estado con varias chicas en el último mes para olvidarme de ella, pero nada parece funcionar, y tenerla aquí, lista para mi, dispuesta a obedecerme, no podía más que disfrutar.

Tome mis dedo medio e índice y los pasé dulcemente por su cara, luego acabé metiéndolos en su boca, su respiración agitada se mezcló sin su saliva haciendo que se atragante, mientras me miraba con la mirada más brillante y deseosa que he presenciado en mi vida. Apreté mis dedos sobre su garganta, y justo cuando provoque una tos en ella fue cuando los quité, para bajarlos hacia sus pezones, los cuales estaban ya duros por la excitación.

—Nick, me estás matando... —Dice ella impaciente, así que le dedicó una sonrisa y estampó mis labios contra los suyos a la vez que insertó mis dedos dentro de ella, como respuesta recibí un gran gemido ahogado retumbando contra mi boca. Continué con mis movimientos, primero lo estaba haciendo suave y delicado, pero a medida que pedía más mis dedos aumentaban su velocidad.

Todo lo que nunca te dije - Nicholas Chávez.Where stories live. Discover now