Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 4: Tʀᴀᴛᴏ ʜᴇᴄʜᴏ

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Yoko soltó un suspiro mientras miraba el techo de la habitación, preguntándose cómo había terminado así.

Finalmente había acabado quedándose en el hogar de Faye y ahora estaba acostada en su cama, a pesar de que había insistido en que no era necesario porque la chica alta ya había hecho más que suficiente por ella y no le parecía correcto seguir abusando de su amabilidad.

Pero tal parece que la chica no recibía negativas en respuesta.

De ese modo ahí seguía, ocupando su cama y además una pijama que la chica alta le había entregado.

Era extraño.

Probablemente Faye tenía problemas en confiar demasiado en la gente y no le preocupaba el hecho que fuera una extraña.

Porque honestamente, en su lugar, Yoko dudaba de haber actuado de esa forma.

Giró su cabeza en dirección a la mesita de noche, viendo que su teléfono descansaba en aquel lugar. Ya tenía su batería completa, gracias a Faye, por supuesto.

De verdad esa chica era muy amable...

Regresó su vista hacia el techo, recordando lo que habían hablado.

Luego de comer y presentarse, Faye le había preguntado por su situación, mostrándose interesada por conocer al respecto. En un principio Yoko dudó en responderle, puesto que no encontraba que fuese adecuado contarle de sus problemas, pero al final había terminado contándole gran parte de lo ocurrido, aunque por supuesto evitando mencionar el secreto que guardaba.

Si lo pensaba bien, puede que Faye hubiese sentido lástima por ella.

Aunque si lo analizaba aún más, la chica alta ya había sido sumamente amable con ella previo a tener conocimiento de su situación.

Así que probablemente ella era así.

De todas formas, le generaba cierto malestar, ya que esa amabilidad de la chica y su oposición a recibir negativas en respuesta, la habían llevado a dormir en su cama mientras ella se quedó en el sofá, siendo que era su hogar.

Sin embargo, a pesar de que su consciencia no estaba del todo cómoda con eso, debía admitir que su espalda lo agradecía.

Hace mucho tiempo que no estaba en un lugar tan cómodo.

De ese modo, a pesar de que seguía pensando en la gentileza desmedida de la chica, sus ojos comenzaron a cerrarse mientras se acomodaba un poco entre las suaves y cálidas mantas.

Y así, terminó cayendo dormida.

[• • •]

Cuando Yoko despertó, ya era de mañana.

Probablemente ya habían pasado unas buenas horas, porque por la ventana de la habitación los rayos de sol se colaban con fuerza.

Lo primero que hizo fue estirarse en la cama mientras pegaba un bostezo que luego se fue transformando en un sonido de satisfacción debido al buen dormir que había tenido aquella noche.
Inconscientemente una sonrisa se formó en su rostro, ya que hace muchos meses que no había tenido una noche tan tranquila y además sentía que su sueño había resultado totalmente reparador.

De ese modo, después de un momento más desperezándose y posteriormente a girarse para ver su celular en la mesita de noche, notó que éste poseía un pequeño papel sobre su pantalla.

Al reincorporarse un poco y tomarlo, notó que era una nota, la cual procedió a leer:

« ¡Buenos días, Yoko! Espero que durmieras bien. Tuve que salir temprano, pero te dejé desayuno en la cocina. Regresaré en un par de horas
- Faye : ) »

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⏰ Última actualización: Nov 11 ⏰

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