Manuel
A decir verdad sí vi el mensaje de Lucero, pero preferí no contestarle. El hecho de que me estuviera hablando tan tarde no era novedad, pero después de lo ocurrido simplemente no lo consideré prudente... eso y el hecho de que acababa de verse con Michel hacía tan solo unas pocas horas.
Las semanas pasaron tan rápido como un suspiro, la comunicación entre Lucero y yo fue prácticamente nula. Con los muchachos fuera y todo el problema de la "confusión" como yo suelo llamarle, no había necesidad de charlar y preferí evitarla para evitar situaciones incómodas. Aunque claro, de éstas hubo muchas ya que éramos vecinos y era inevitable no vernos a la distancia al menos una vez por día.
El día comenzó como cualquier otro, pero todo se sentía distinto. Me levanté más tarde de lo habitual ya que era fin de semana y opté por ir al patio aunque no fue muy buena decisión ya que me encontré con Lucero que a también estaba afuera, solo que del lado de su casa. Ambos nos miramos en silencio por unos segundos antes de que ella me sonriera tímidamente y saludara con la mano.
Me sentí raro de inmediato. Le sonreí igualmente e hice una seña con la cabeza para desearle los buenos días sin tener que hablar. A leguas se notaban sus ganas de platicar, pero no me sentí listo para eso así que simplemente di la vuelta y me dirigí a la cocina, intentando seguir la rutina como si nada hubiera pasado.
Mientras el café comenzaba a fluir en la cafetera, observé cómo el vapor se elevaba lentamente, envolviendo el ambiente en una neblina. Reí mientras miraba la cafetera y negué con la cabeza a la vez que recordaba la dulce sonrisa que Lucero me había dedicado momentos atrás. Nuevamente ese sentimiento "raro" de antes volvió a atacarme, aunque con mucha más fuerza.
Intenté empujar la sensación al fondo, enfocarme en lo simple, en las tareas cotidianas. Pero entre sorbos de café y la calma de la mañana, su rostro volvía a mi mente, como un eco que no podía ignorar. Primero pensé en ese efímero momento de la mañana, pero mis pensamientos terminaron desplazándose a esa noche, a su voz susurrando palabras que nunca debimos compartir. Intenté recordarme que todo había sido un desliz, una noche cualquiera. Después de todo, el alcohol le había nublado el juicio, y lo que ocurrió fue apenas un impulso pasajero. Un error.
Y, sin embargo, ese recuerdo persistía. La fragilidad en su voz, su mirada al despedirse... era algo más que un error, lo sabía. Como también sabía que pensarlo no haría más que complicarlo todo. Pasé una mano por mi frente, como si pudiera borrar la imagen de ella inclinándose hacia mí, rompiendo con una sola frase la tranquilidad que creíamos tener.
Cerré los ojos, decidido a empezar de nuevo, pero el recuerdo me persiguió todo el día. Cada rincón de mi apartamento parecía invadido por su presencia, como si hubiera dejado una parte de ella allí, una huella invisible que no podía borrar. Al caer la noche, supe que no podría ignorarlo. Salí a caminar, buscando respuestas en las sombras de la ciudad. Las luces de la calle se difuminaban a mi alrededor, y, en ese silencio, una pregunta latía con fuerza: ¿realmente lo había dejado todo atrás, o aún había algo de ella que no quería olvidar?
Mientras caminaba por las calles vacías, el sonido de mis pasos contra el pavimento era el único que llenaba el silencio. A cada paso, intentaba sacarme esa sensación de encima, pero nada parecía ser suficiente para despejarme. Y entonces, como si el propio viento lo trajera de vuelta, mi mente me arrastró a otro momento, a otra noche de hace años... a cuando aún éramos nosotros.
***
Era 2010, en una época en que el amor se mezclaba con las discusiones y el cansancio. Recuerdo que Lucero estuvo casi todo el día fuera debido a las grabaciones de su nueva telenovela. Estaba en la cocina cuando ella entró, y en cuanto la vi, el enojo y el cansancio parecieron desvanecerse por un instante. Ella me sonrió, pero no era una sonrisa ligera, sino una llena de preguntas sin responder.
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Ámame Otra Vez
FanfictionLucero Hogaza León, una mujer altamente reconocida en el medio artístico mexicano por su larga trayectoria musical y actoral cruza su camino con el de Manuel Mijares Morán, un también artista que le resultaba absurdamente tedioso. De manera sorpresi...