Nací de entre las entrañas de una mujer muerta, en medio de la oscuridad, destinado a desear todo alrededor de mi existencia sin poder morir. Fue porque o Dios me amaba mucho o el diablo me odiaba demasiado. Estaba tan molesto, había jurado nunca enamorarse, eso lo haría desear a alguien, pasó su existencia burlándose de otros y haciendo sus planes arruinarse por capricho.
Y sin embargo te conocí en 1418, en ese entonces era el duque de Ginlek, parte de lo que ahora conoces como Lake, eras un vizconde, estabas sentado frente a la mesa con los ojos perdidos en la pista de baile, jugueteaste con la copa frente a ti, tu cabello se movía frente a tus ojos, las luces de las velas te hacian ver como un verdadero ángel, fue algo llamativo para mi, nunca había conocido a alguien que se aburriera en esas glamurosas fiestas.
Todos deseaban ser el centro de atención, ¿qué podría ser lo que tu deseabas?, quería saberlo, me acerque y me sente frente a ti, jugué con la copa viendo tu reflejo en ella, cuando me viste saltaste en tu lugar, tu pálido rostro se sonrojo, casi no se podía notar por la vaga iluminación, pero te veías hermoso, lo deje pasar, hablamos toda la noche alguien tan vivo como tu, nunca podría dejar pasar a alguien así.
Fuimos amigos toda tu vida.
Me casé con una duquesa, era bonita, era una mujer gobernada por el deseo, fue fácil estar con ella, pero... no era como tu.
Pasaba los días imaginándote en mi casa cuando no estabas cerca, cuando te veía te adoraba y trataba de mantenerte cerca, pensé que era solo por cariño, porque eras alguien de quien quería aprender algo, pero no era cierto.
Solo lo supe cuando te perdí.
Moriste días después de decirte que tendría a mi primer hijo. Habías decidido terminar tu propio sufrimiento, tenías 23 años, te habías enamorado de mi, sin decirme nada simplemente seguiste a mi lado y sonreíste con cada cosa que dije, pero simplemente no pudiste soportar esa última noticia.
Te volví a encontrar en 1623 está vez habías nacido mujer, pero eras igual de hermosa que en tu vida anterior, casi no había diferencia entre tú de hombre y tu de mujer, excepto que está vez no había nada que pudiera evitar que me casara contigo, te convertí en mi esposa, me di cuenta de que también me había enamorado de ti desde tu primera vida, estabas esperando a nuestro primer hijo, creí que estaría contigo por el resto de la eternidad está vez.
Pero no.
Aryvica siempre fue caprichosa, decidida a hacerme pagar las complicaciones que le daba.
En medio de las batallas que habían por los territorios de ese entonces te asesinaron. Maldije a Aryvica todos los días, incluso le pegue frente a todos los reyes ella era el destino así que nadie se metió en nuestra discusión.
Te encontré tantas veces después; a veces eras alguien acomodado, otras un pobre alma en desgracia abandonada a su suerte y a veces, solo aveces, una mujer, trate de tenerte a mi lado, y siempre falle miserablemente, incluso cuando desidia dejarte, alguien terminaba con tu preciada vida.
La última vez que te encontré estuve decidido a no dejarte morir. Jamás. El lugar donde vivías era dedicado al culto a mi, todos estaban impresionados de que estuviera allí, creyeron que deseaba un gran sacrificio, mientras estaba cazando para otros y cumpliendo algunos deseos te usaron de sacrificio, un ser puro y virgen que no dudaron en destruir.
Sentí el ardor en mi alma, lo supe cuando llegué, estabas destrozado en pedazos sobre un altar, ¿acaso esa sería la última vez que te vería?
Lo destruí todo, a todos.
Y nunca te volví a ver otra vez.
O eso creí.
—Lárgate. O llamaré a la policía.
Hasta que te volví a encontrar.
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Bueno eso fue todo ¿qué les pareció?
Yo que sé que de que va todo esto la verdad, ¿amores que están destinados a reencontrarse? No sé, solo se que me gustó y por eso lo publique.
Je, ustedes díganme, así que ¡Feliz halloween! (aunque no lo festejo XD).
